Nietzsche y Píndaro
Carlos Mattera
I
Schopenhauer und Goethe, Aeschylus und Pindar leben
noch…
En
el siguiente ejercicio, nos ocuparemos de exponer algunos lugares significativos en los que aparece la figura de
Píndaro en la obra de Nietzsche. Para nosotros esto es de suma importancia,
pues el nombre de Píndaro es empleado por el filósofo para designar la
excelencia. Difícilmente encontramos personajes que ocupen un lugar tan
privilegiado en su pensamiento. Un lugar en el cual, la retractación no tuvo
cabida. No pretendemos mencionarlo aquí en relación a Kant, o a Schopenhauer, o
a Wagner, en quienes recaen grandes alabanzas, pero casi de modo simultáneo
grandes críticas y, que además, sabemos que son hilos conductores en su obra.
Aunque aquí, los hilos también se rompen. Tampoco en relación a Heráclito, que siendo
una cumbre casi inalcanzable en esta filosofía, en el Crepúsculo de los Ídolos sin embargo, Nietzsche tuvo algo que decir
en su contra cuando afirmaba que: “También
Heráclito fue injusto con los sentidos. Estos no mienten ni del modo como creen
los eleatas ni del modo como creía él, no mienten de ninguna manera”. [1]
Los lugares en los que aparece
Píndaro en la obra de Nietzsche, son diversos y aunque pueden ser contados, notamos
que de igual modo atraviesan su pensamiento, esto es, en sus diferentes
períodos. Desde los escritos filológicos y de juventud, pasando por el gran
epistolario, la obra publicada y los Fragmentos Póstumos, Píndaro ejemplifica
lo más alto en relación a las artes y al saber. A esto nos referiremos en lo
sucesivo ya que Píndaro no sólo encarna al poeta, también al músico
(compositor) y al σοφός (sabio). Estas tres figuras
confluyen en él de modo inseparable.
Pero con seguridad no fue Nietzsche
el primero en remarcar este hecho. De los grandes filósofos con alguna excepción,
casi todos le han citado. Incluso en tiempos posteriores a Nietzsche, Heidegger
daría a Gadamer la calificación de magna cum laude en su examen de estado, el
cual se trataba de un trabajo en latín sobre Píndaro.
De igual modo que en los trágicos y
en los preplatónicos, algunas de las referencias más tempranas, provienen de Platón.
“Pero
el título más importante, así parece, sería el sexto, el que ordena que el
ignorante obedezca y que el inteligente guíe y gobierne. Y éste al menos,
sapientísimo Píndaro [2],
no diría yo precisamente que es un gobierno contra la naturaleza sino de
acuerdo con la naturaleza de la ley sobre los que la acatan voluntariamente, mas
un gobierno de índole no violenta”. [3]
Tomemos esta cita como punto de arranque
y diciendo que son numerosas las citas directas de Platón a Píndaro. Podemos
encontrarlas en el Menón (81 a), en
el Teeteto (173 e), en el Fedro (227 b), y en la República (331 a, 365 b, 408 b), sólo
por nombrar algunas, ya que las citas indirectas y referenciales son todavía
más numerosas. En relación a Sócrates aparece ya en Nietzsche una importante
sentencia proveniente de El Nacimiento de
la Tragedia y dice:
“¿Quién
es este que se permite atreverse a negar, él solo, el ser griego, ese ser que,
como Homero, Píndaro y Esquilo, como Fidias, como Pericles, como Pitia, como
Dioniso, como el abismo más profundo y la cumbre más elevada, está seguro de
nuestra estupefacta adoración?” [4]
Acá emerge Píndaro como contrario a los
presupuestos del hombre teórico, esto es, como contrario a Sócrates, el enemigo
y destructor de la tragedia. Se desprenden de acá varias consideraciones, pues
Sócrates también personifica una cultura que es ajena al mito*, el cual es esencial dentro de la
composición pindárica. Nietzsche fue el primero en introducir el socratismo
como un signo de decadencia. Y quizá esta es una de las razones por las cuales
su obra, El nacimiento de la Tragedia en
el espíritu de la música, no fue bien recibida por su tiempo. Si bien,
previamente se venía dando una renovación del arte y de la cultura griega, a
través de Winckelmann, Lessing, Goethe, Schiller y Hölderlin por ejemplo, (éste
último inspirado por Píndaro), debe decirse que todo este renacimiento del
helenismo tenía de algún modo como figura central a Sócrates.
Pero los ojos de Nietzsche se posan en
el período previo a Platón, ahí donde se encuentra Píndaro, quien estaba
profundamente adherido a la religión oficial de Grecia y con ello al mito.
Prueba de ello es la producción de δύτιραμβος (en honor a
Dionisos) y que estimamos que seguramente Nietzsche debe haber considerado, de
Παιών (dedicados a Apolo), de θρῆνος o cantos fúnebres corales acompañados de
música, de ὑπόρχημα
o canciones para acompañar mímicas y danzas, muy relacionadas con los γερανός
conmemorativos al triunfo de Teseo, de παρθἐνειον composición para ser
ejecutada por coros de muchachas (παρθἐνος), de encomios y numerosos
fragmentos.
Lo
que tienen en común todos estos géneros es su origen musical. A veces la condición
de poeta impuesta de modo descuidado en Píndaro, impide que este hecho sea
claro, esto acompañado de la ya común idea de que no podemos conocer la música
de tiempos y autores tan antiguos. Sin embargo, Nietzsche no tiene problema en
nombrarle como lo que en realidad era, como compositor, como Maestro de Música
(musikalischen Meister), título que puede valer de igual modo para Esquilo o
Sófocles. Nietzsche dedicó una buena parte del trabajo previo al Nacimiento de la Tragedia, a esclarecer
el origen musical de las obras de arte líricas y trágicas, razón por la cual no
puede tomarse ya esta obra y su contenido como algo arbitrario. Esto es
señalado en relación a Píndaro cuando se nos dice en El Certamen de Homero que:
“Pero de la misma manera que los jóvenes eran
educados contendiendo entre ellos, así sus educadores rivalizaban entre sí. Los
grandes maestros musicales, Píndaro y Simónides se presentaban uno junto a otro
celosos y desconfiados; el sofista, el enseñante superior de la Antigüedad, se
presenta como un rival frente a los otros sofistas; incluso la forma más
general de enseñanza, la que se llevaba a cabo por medio del drama, era
impartida al pueblo sólo bajo la forma de una enorme contienda entre los
grandes artistas musicales y dramáticos. ¡Qué maravilla! «¡También el artista
se encoleriza con el artista!» Y lo que más teme el hombre moderno en un
artista es el impulso personal a la lucha, mientras que el griego conoce al
artista sólo en la lucha personal. ¡Allí donde el hombre moderno barrunta la
debilidad de la obra de arte, el griego la fuente de su fuerza suprema! Aquello
que, por ejemplo, en Platón, tiene un especial significado artístico en sus
diálogos es la mayoría de las veces el resultado de la rivalidad con el arte de
los oradores, de los sofistas y dramaturgos de su época…” [5]
Hacemos
esta cita extensiva para señalar también el doble carácter en el que se
presenta la Ἒρις, diosa griega que personifica la discordia, la contienda, la
disputa y en general la lucha y, que comúnmente se opone a Ἁρμονία. De acuerdo
con Hesíodo habrían dos diosas llamadas Eris. La mala Eris es presentada en la Teogonía del siguiente modo:
“Por
su parte la maldita Eris parió a la dolorosa Fatiga, al Olvido, al Hambre y los
dolores que causan llanto, a los Combates, Guerras, Matanzas, Masacres, Odios,
Mentiras, Discursos, Ambigüedades, al Desorden y la Destrucción, compañeros
inseparables, y al Juramento, el que más dolores proporciona a los hombres de
la tierra siempre que alguno perjura voluntariamente.” [6]
Por otro lado, para la descripción de la
buena Eris nos remitimos directamente a la interpretación de Nietzsche cuando
nos dice:
“Y no sólo Aristóteles, sino toda la Antigüedad griega
piensa de manera distinta a nosotros respecto del rencor y la envidia y opina
lo mismo que Hesíodo, que por un lado califica
de mala a una Eris, la que llevaba a los hombres a enfrentarse unos con
otros en una lucha hostil de aniquilamiento, y por otro lado alababa como buena
una segunda Eris, que bajo la forma de celo, rencor y envidia incitaba a los
hombres a la acción, pero no ya a una lucha de aniquilamiento, sino al acto del
certamen. El griego es envidioso, y no consideraba esta propiedad como un
defecto, sino como el efecto de una divinidad bienhechora: ¡qué abismo entre
nuestro juicio ético y el suyo!” [7]
El significado del ἀγών constituye para
Nietzsche igual que para Burckhardt, uno de los fundamentos de la cultura
griega. Por naturaleza está vinculado a la educación en sus dos formas más
generales, esto es, como gimnástica y como música. No haremos referencia acá al
sentido amplio de la μουσική, ni tampoco al estilo artístico en
los diálogos de Platón que refería Nietzsche. En relación a esto último bastará
con recordar una frase del Pseudo-Longino:
“¿Estuvo
solo Heródoto al imitar a Homero? Antes de él estuvieron Estesícoro y Arquíloco,
y más que todos ellos Platón, que trazó hacia sí mismo innumerables arroyos
desde el manantial homérico” [8]
De acuerdo a lo expuesto sobre El Certamen de Homero, se muestra el
contexto del Fragmento Póstumo (16 [23])
que dice:
“ἀγών es quizás
el «ponderar» [Wägen].
¿El coche [Wagen] y
la balanza [Wage] quizá proceden de la misma raíz?
La envidia está
mucho más fuertemente arraigada entre los griegos: Platón, Píndaro.
El concepto de
justicia es mucho más importante que entre nosotros: el cristianismo, al
contrario, no conoce ninguna justicia.
La envidia en la
Ilíada, o en Ájax.” [9]
Del Drama
Musical griego procede otra importante referencia a Píndaro, en este caso
para remarcar precisamente el desconocimiento del sentido musical originario de
su obra, paralelamente a la de Esquilo y Sófocles, desconocimiento que
estimamos ha sido potenciado por una comprensión únicamente literaria, obnubilada
además por la ópera, en tanto mala reproducción e interpretación de la
antigüedad musical. Si bien en algún momento pretendió reproducirla, debe
decirse que lo que produjo fue un alejamiento que se hizo cada vez mayor a
medida que evolucionaba.
“Yo
afirmo, en efecto, - nos dice Nietzsche- que el Esquilo y el Sófocles que nosotros
conocemos nos son conocidos únicamente como poetas del texto, como libretistas,
es decir, que precisamente nos son desconocidos. Pues mientras que en el campo
de la música hace ya mucho tiempo que hemos superado esa fantasmagoría docta
que es una música para leer, en el campo de la poesía la innaturalidad del
poema-libreto domina de manera tan exclusiva, que cuesta reflexión decirse
hasta qué punto somos por necesidad injustos con Píndaro, Esquilo y Sófocles,
más aún, por qué propiamente no los conocemos.” [10]
Para comprender el carácter del σοφός
en Píndaro, puede explicarse desde la ya mencionada significación del Maestro
de Música. George Grote en su extensa Historia
de Grecia, citada frecuentemente por Nietzsche en Los Filósofos Preplatónicos, se refería a los Maestros de Música
como a hombres de las habilidades más distinguidas y eminentes,
maestros de todo cuanto podía aprenderse y razón de todos los logros de su
época. Entre los más sobresalientes podemos nombrar a Lampros, a Agatocles y a
Damón. El primero fue notable por sus habilidades tocando la lira. Agatocles por
su parte, es reconocido por haber sido maestro de Píndaro y Damón. Éste último
figura como uno de los grandes maestros y teóricos musicales de la antigüedad, y
a su vez, maestro de Pericles. De Platón nos llegan varias referencias de su
vida y obra. También es nombrado por Aristóteles, por Pseudo Plutarco y por
Arístides Quintiliano, autor de la obra Περί Μουσικῆς en
la que Damón es una figura central. Ponemos de relieve la figura de Damón en
relación a Píndaro, solo para señalar las implicaciones de haber tenido ambos
tan venerable maestro. De acá procede una parte de su educación musical. Otros
convienen en que Píndaro fue también discípulo de Laso de Hermíone, quién es
reconocido como un importante reformador del ditirambo. Así es presentado
también por Plutarco. De todo esto extraemos que la figura del sabio y del
Maestro de Música, está en conformidad con la del sofista antes de la
caracterización negativa que le diera Platón.
En relación a esto nos dice Nietzsche en
Los períodos de la lengua griega
utilizados para la clasificación de la literatura que:
“La época más antigua conoce expresiones como ἀειδειν
[cantar
acompañándose de la flauta o de la lira], ἀοιδὸς [cantor, poeta, aedo], ρἀπτειν ἀοιδήν [arreglar o componer un canto], ραψωδός [el que ajusta cantos, el rapsoda], τεκταίνεσθαι ἀοιδήν [crear componer un canto]; mientras que en las épocas intermedias el poeta es
llamado también σοφιστής, es decir, el maestro en su arte, como en el caso de
Píndaro…” [11]
Nietzsche hizo evidente la designación de Píndaro
como σοφός de
modo más directo, cuando subrayó su originalidad en relación a influencias
extranjeras. Si bien, Nietzsche había advertido el hecho de que los griegos no
son inventores del mito, y que de ellos no procede, resaltó que son más bien
recreadores y perfeccionadores. Así lo ha afirmado en su Historia de la Literatura Griega, cuando escribió:
“Sobre los griegos pesaba siempre el peligro de una
recaída en lo asiático, muchas veces no podían evitarlo, y aunque de aquí se
vertía sobre ellos una corriente de oscuro misticismo, es en lucha contra él, no
rindiéndose a él, en lo que se muestra el genio helénico en sentido propio. De
ahí que la elegía pertenezca a la categoría de σοφία
[habilidad, saber, sabiduría], y que el poeta sea σοφός [sabio], es decir, un agudo
conocedor, y que Píndaro quisiera ser en definitiva el πρόφαντον σοφίᾳ καθ᾽ Ἕλλανας ἐόντα παντα [predilecto por su saber entre los griegos
en todas partes]”. [12]
También en la determinación
contra sus rivales destacó Nietzsche a Píndaro:
“Laso
de Hermíone estaba en relación con el culto a Deméter, y lo mismo Arquíloco,
mientras que el siciliano Estesícoro e Íbico pertenecían al culto de Apolo. La
mayoría de ellos pertenecían a familias en las que el oficio se transmitía de
padres a hijos, por lo cual Píndaro, ὁ πολλὰ
εἰδὼς φυᾷ [el que sabe muchas cosas gracias
a la naturaleza], se mofa de Simónides y Baquílides, τους μαθόντας [los que han
aprendido]” [13]
De
acuerdo a esto, podemos afirmar que en la obra pindárica se reconoce una fuente
esencial de sabiduría y que es además depositaria del conocimiento, no solo de
la antigüedad y de su propio tiempo, sino también para épocas posteriores. Podríamos
nombrarla como una especie de poesía sapiencial que además, ha significado para
la educación griega un lugar ejemplar. Nietzsche también advirtió esto y lo
expreso del siguiente modo:
“Es
preciso oír el tono que se desprende de Píndaro cuando se dirige a los
príncipes: por su boca habla la σοφία [sabiduría] misma, sabios consejos,
exhortaciones, advertencias, obligaciones, todo ello envuelto en la aureola
verdaderamente maravillosa de la palabra”. [14]
Schopenhauer por su parte también
inscribió el nombre de Píndaro al lado de los grandes filósofos de la
antigüedad que consideraba exponentes del pesimismo:
“Ya
los filósofos antiguos, Heráclito y Empédocles, Pitágoras y Platón, Orfeo y
Píndaro, Heródoto y Eurípides, y también la Sibila, se quejaron de la
lamentable condición del mundo, o sea, predicaron el pesimismo…” [15]
Más allá de todo esto, Gadamer lo caracterizó
del siguiente modo:
“Comencé
así un nuevo estudio planificado de la filosofía clásica (bajo la guía de Paul
Friedländer), con atención preferente además de a los filósofos griegos, sobre
todo a Píndaro, iluminado por el ya entonces accesible Hölderlin... y a la
retórica, cuya función complementaria de la filosofía presentí entonces y que
me ha acompañado hasta la elaboración de mi hermenéutica filosófica.” [16]
II
Convienen la mayoría
de los autores desde la antigüedad hasta nuestros días que el género coral
iniciado por Alcmán, habría alcanzado con Píndaro el mayor grado de
perfeccionamiento y con ello su culminación. A pesar de que solo nos queda una
parte de su obra, con relación a otros poetas de la antigüedad, ha sido
favorecido por lo que se refiere a la conservación y subsistencia de la misma.
Marco Fabio Quintiliano y Horacio le han alabado como el máximo poeta lírico
por su grandeza en las máximas, las figuras del discurso, la elocuencia y por
haber sido inimitable. Probablemente de los poetas es el más citado por
Pausanias.
La versatilidad y
riqueza musical de Píndaro, puede deberse a las características propias de su
dialecto, el cual de acuerdo con Sir John Sandys no corresponde a ningún
lenguaje que se haya hablado en el mundo helénico.
“Es un producto
literario resultante de la combinación del lenguaje épico (que en sí mismo es
compositivo), con elementos dóricos y eólicos. El dialecto dórico constituye
las bases. Esto emerge del hecho de que la poesía lírica coral de Grecia
primeramente fue cultivada por los dorios, y principalmente en Esparta, en la
era de Alcmán y Terpandro… () Bajo la influencia de la poesía lésbica de Alceo
y Safo, ciertamente son introducidas las formas eólicas”. [17]
En relación al dorismo y su mezcla con otras
formas se había referido ya Nietzsche en Los períodos de la lengua griega utilizados para la clasificación de la
literatura del siguiente modo:
“A él pertenecen los representantes de la gran lírica
coral: Estesícoro, Íbico, Simónides, Baquílides, Píndaro. La elevada formación
en el canto coral proviene de Esparta, por lo que es el dorio el que marca la
pauta a la que se conforman todos los grandes μελοποιοί [autores de cantos, poetas líricos]. Es un dialecto artístico muy determinado, con base
en el lenguaje homérico”. [18]
Nietzsche ve en Píndaro como maestro de coro,
una figura cuya obra encarna de modo originario la Gesamkunstwerk (obra de arte
total), en tanto se integran diferentes disciplinas artísticas. Desde El nacimiento de la Tragedia y los
escritos preparatorios, este hecho es bastante claro. Pero desde los escritos
filológicos, la mirada va un poco más atrás e incluye al propio Píndaro como
artífice de esto.
“Un himno homérico, un coro de Píndaro, una
tragedia de Sófocles, un discurso de Demóstenes están destinados a satisfacer a
un público perfectamente determinado y concreto: éste es el único efecto que
persiguen. No se trata de un público idealmente indeterminado. Al mismo tiempo,
asistimos aquí siempre a una unión de diversas artes, por lo menos a las de la
acción y la declamación, pero también de la música, el canto y la orquestación.
De esta unión con varias artes la literatura clásica se abstrae cuando, más
adelante, se presentan sus obras como canon para lectores.” [19]
De acuerdo a esto podemos ver no sólo un
importante antecedente de la Gesamkunstwerk, si se quiere, también del director
de
coro y de orquesta, quien está a
cargo de todo lo concerniente al ordenamiento y representación de obras
musicales. Esto es desde la composición, la armonía, la ejecución de los
instrumentos y voces, la dinámica, la acentuación, la rítmica y todos los
elementos que puedan sumarse para una debida interpretación. Esto lo
encontramos muy bien ilustrado en la introducción que hace a las Odas y
Fragmentos Alfonso Ortega:
“Píndaro fue a la vez compositor del texto y de la melodía de sus
himnos. En muchas ocasiones,
cuando la vecindad de los lugares en que debían cantarse sus poemas hacía
fácilmente permisible su presencia, el poeta era también director del coro, de
la música y de la ejecución coreográfica. El coro de Tebas, ensayado por
Píndaro, podía desplazarse a otros lugares. En otras ocasiones, cuando era
imposible el desplazamiento del poeta y de su coro, Píndaro enviaba texto y
partitura musical y confiaba su dirección a otro entendido en poesía y música”.
[20]
Nos referiremos una vez más a la dificultad
que subyace en la imposibilidad de tener una comprensión correcta de las obras
de arte líricas y trágicas de la antigüedad, únicamente desde la literatura. Esto
fue señalado en relación al ἀγών. Ahora lo señalaremos en
relación a la idea de que el mundo que dio a luz estas obras de arte, era un
mundo oral con un marcado sentido musical. Debe decirse que dichas obras de
arte no fueron creadas pensando en un lector. No fueron creadas tampoco pensado
en lo que hoy entendemos por literatura, lo que nos lleva a evaluar el carácter
de la escritura. Nietzsche ha señalado que la educación moderna se basa en la
lectura y la escritura. Pero la cultura superior griega ciertamente no está
basada en la escritura, la cual ha sido empleada como referencia a la hora de
la interpretación artístico-musical, pero indudablemente el público lector es
algo bastante posterior. Y sin embargo, la dialéctica se erige por encima de lo
escrito de acuerdo con Platón. De cualquier modo siempre ha estado claro el
origen oral del mito y con ello su propagación. Así que podemos decir que no
solo se trata únicamente de la oralidad, sino también de la escucha. Nos dice
Nietzsche que:
“En épocas en las que se vive todavía bajo el
signo del sonido, tiene que sentirse repugnancia por lo escrito: resulta muy
difícil la lectura, mientras que el oído, lo expresado oralmente, se entiende
con facilidad. Por eso Esquilo y Píndaro resultan difíciles para el lector: los
antiguos griegos tenían mucha más agilidad oyendo poesía que nosotros, pese a
toda nuestra formación”. [21]
Por
último, y a sabiendas de que han quedado ausentes algunas referencias de
interés, haremos mención a la que es quizá la más famosa cita de Nietzsche a
Píndaro procedente de la segunda Pítica dedicada a la victoria de Hierón de
Siracusa y, que introdujo con alguna variación repetidas veces en su obra. "Cómo se llega a ser lo que se es". [22]
Acá será señalada un par de veces. Primeramente en Humano Demasiado Humano:
“Dotacion. En una
humanidad tan altamente desarrollada como la actual todo el mundo tiene por
naturaleza acceso a muchos talentos. Cada cual tiene talento innato,
pero solo unos pocos poseen innatamente y por educación el grado de
tenacidad, perseverancia y energía para que aquél se convierta efectivamente en
un talento, es decir, para que llegue a ser lo
que es, o sea: para descargarlo en obras y acciones.” [23]
En
Nietzsche encontramos la idea de que las grandes creaciones, fuera de la
destreza y la técnica, tienen que ver con una cuestión de tiempo. El
perfeccionamiento no es cosa rápida. La velocidad es algo moderno y con
seguridad un signo de decadencia desde la mirada de Nietzsche. Las grandes
creaciones son el resultado de la lentitud, de la indagación y la madurez, de
la cavilación y la duración, de la reflexión y la meditación. Esta idea es
contraria al presupuesto de la inspiración. Esto es muy bien ilustrado también
en Humano Demasiado Humano del
siguiente modo:
“Creencia en la inspiración. Los artistas tienen interés en que se crea en
los estros súbitos, las llamadas inspiraciones; como si la idea de la obra de
arte, de la poesía, del pensamiento fundamental de una filosofía, irradiase del
cielo cual resplandor de la gracia. En verdad la fantasía del buen artista o
pensador produce constantemente cosas buenas, mediocres y malas, pero su juicio, sumamente aguzado y ejercitado, desecha, elige, compila; tal como ahora
se advierte por los cuadernos de notas de Beethoven que éste componía poco a
poco y en cierta medida elegía de entre múltiples conatos las más eminentes
melodías. Quien discierna menos rigurosamente y se abandone gustosamente al
recuerdo reproductivo podrá bajo ciertas circunstancias llegar a ser un gran
improvisador; pero la improvisación artística esta en un nivel muy bajo en
comparación con el pensamiento artístico serio y arduamente elaborado, Todos
los grandes han sido grandes trabajadores, infatigables no solo en el inventar,
sino también en el desechar, tamizar, modificar, ordenar”. [24]
De
Ecce Homo proviene la última de
nuestras referencias. "Cómo
se llega a ser lo que se es", es la frase que lleva por subtítulo la obra.
Andrés Sánchez Pascual en su introducción señalaba que Nietzsche habría dudado
entre varios subtítulos. “Un regalo para mis amigos” y “Ecce Homo o un problema
para psicólogos. Por qué soy algo más”. Finalmente se decide por la frase de
Píndaro, poniendo de manifiesto que la obra del Maestro griego lo acompañó
durante toda su vida.
La interpretación de Nietzsche sobre Píndaro significa
una apertura que arroja luz a la comprensión de las obras de arte trágicas y
líricas de la antigüedad. Lo novedoso de esta comprensión se debe a la mirada
amplia de Nietzsche, potenciada además por el hecho de que él mismo fue
compositor, razón que inmediatamente lo aparta de las interpretaciones
provenientes de la filología clásica tradicional. Así, una obra como la de
Píndaro que desde la mencionada filología se muestra todavía fragmentaria, se
erige acá más sólida que muchos de los ya desaparecidos mármoles griegos.
Bibliografía
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Bibliografía
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en:
http://www.perseus.tufts.edu
Disponible en:
http://www.nietzschesource.org/#eKGWB
[1] Auch Heraklit that den Sinnen Unrecht. Dieselben lügen weder in der Art,
wie die Eleaten es glauben, noch wie er es glaubte, — sie lügen überhaupt
nicht.
Friedrich Nietzsche. Gesammelte Werke. Musarionausgabe. Siebzehnter
Band. Musarion Verlag München. 1926 / Crepúsculo de los Ídolos. Alianza Editorial. 2001
[2] El fragmento de Píndaro sería el 169:
ἂγει δικαιῶν τὸ βιαιότατον
ὐπερτάτα χειρί.
The Odes of Pindar Including the Principal Fragments.
With an Introduction and an English Translation by Sir John Sandys. Fellow
of St. John's College and Public Orator in the University of Cambridge London: William Heinemann New York: The
Macmillan CO. 1957
[3] τὸ δὲ μέγιστον, ὡς ἔοικεν, ἀξίωμα ἕκτον ἂν γίγνοιτο, ἕπεσθαι μὲν τὸν ἀνεπιστήμονα κελεῦον, τὸν δὲ φρονοῦντα ἡγεῖσθαί τε καὶ ἄρχειν. καίτοι τοῦτό γε, ὦ Πίνδαρε σοφώτατε, σχεδὸν οὐκ ἂν παρὰ φύσιν ἔγωγε φαίην γίγνεσθαι, κατὰ φύσιν δέ, τὴν τοῦ νόμου ἑκόντων ἀρχὴν ἀλλ᾽ οὐ βίαιον πεφυκυῖαν.
Plato. Laws. With an english translation by R. G. Bury. Cambridge Massachusetts
Harvard University Press London William Heinemann LTD. 1961 / Platón. Diálogos.
Tomo VIII. Las Leyes. Gredos. 1999.
[4] Wer ist das, der es wagen darf, als ein Einzelner das griechische Wesen
zu verneinen, das als Homer, Pindar und Aeschylus, als Phidias, als Perikles,
als Pythia und Dionysus, als der tiefste Abgrund und die höchste Höhe unserer
staunenden Anbetung gewiss ist?
Friedrich Nietzsche. Gesammelte Werke. Musarionausgabe. Dreiter Band. Die Geburt der Tragödie. Musarion Verlag München. 1920 / El Nacimiento de la
Tragedia , Alianza Editorial. 1995.
* Entendemos por esto que las
elaboraciones mitológicas en los diálogos platónicos serían del propio Platón,
como señala Nietzsche en relación a los estudios de física de Sócrates, en los
Filósofos Preplatónicos.
[5] Wie aber die zu erziehenden Jünglinge mit einander wettkämpfend erzogen
wurden, so waren wiederum ihre Erzieher unter sich im Wetteifer.
Misstrauisch-eifersüchtig traten die grossen musikalischen Meister, Pindar und
Simonides, neben einander hin; wetteifernd begegnet der Sophist, der höhere
Lehrer des Alterthums, dem anderen Sophisten; selbst die allgemeinste Art der
Belehrung, durch das Drama, wurde dem Volke nur ertheilt unter der Form eines ungeheuren
Ringens der grossen musikalischen und dramatischen Künstler. Wie wunderbar!
„Auch der Künstler grollt dem Künstler!" Und der moderne Mensch fürchtet
nichts so sehr an einem Künstler als die persönliche Kampfregung, während der
Grieche den Künstler nur im persönlichen Kampfe kennt. Dort wo der moderne
Mensch die Schwäche des Kunstwerks wittert, sucht der Hellene die Quelle seiner
höchsten Kraft! Das, was zum Beispiel bei Plato von besonderer künstlerischer
Bedeutung an seinen Dialogen ist, ist meistens das Resultat eines Wetteifers
mit der Kunst der Redner, der Sophisten, der Dramatiker seiner Zeit…
Friedrich Nietzsche. Gesammelte Werke. Musarionausgabe. Zweiter Band. Homers
Wettkampf. Musarion Verlag München. 1920 / Obras Completas, Volumen II, Escritos Filológicos, Tecnos, 2013
[6] Αὐτὰρ Ἔρις στυγερὴ τέκε μὲν Πόνον ἀλγινόεντα Λήθην τε Λιμόν τε καὶ Ἄλγεα δακρυόεντα Ὑσμίνας τε Μάχας τε Φόνους τ᾽ Ἀνδροκτασίας τε Νείκεά τε ψευδέας τε Λόγους Ἀμφιλλογίας τε Δυσνομίην τ᾽ Ἀάτην τε, συνήθεας ἀλλήλῃσιν, Ὅρκον θ᾽, ὃς δὴ πλεῖστον ἐπιχθονίους ἀνθρώπους πημαίνει, ὅτε κέν τις ἑκὼν ἐπίορκον ὀμόσσῃ.
Hesiod. Theogony Works and Days
Testimonia. Edited and Translated by Glenn W. Most. Harvard University Press. Cambridge, Massachusetts London, England. 2006 / Obras y Fragmentos.
Gredos. 1983
[7] Und nicht Aristoteles allein, sondern das gesammte griechische Alterthum
denkt anders über Groll und Neid als wir und urtheilt wie Hesiod, der einmal
eine Eris als böse bezeichnet, diejenige nämlich, welche die Menschen zum feindseligen
Vernichtungskampfe gegen einander führt, und dann wieder eine andre Eris als
gute preist, die als Eifersucht, Groll, Neid die Menschen zur That reizt, aber
nicht zur That des Vernichtungskampfes, sondern zur That des Wettkampfes. Der
Grieche ist neidisch und empfindet diese Eigenschaft nicht als Makel, sondern
als Wirkung einer ivohltbatigen Gottheit: welche Kluft des ethischen Urtheils
zwischen uns und ihm!
Friedrich Nietzsche. Gesammelte Werke. Musarionausgabe. Zweiter Band. Homers
Wettkampf. Musarion Verlag München. 1920 / Obras Completas, Volumen II, Escritos Filológicos, Tecnos, 2013
[8] μόνος Ἡρόδοτος Ὁμηρικώτατος ἐγένετο; Στησίχορος ἔτι πρότερον ὅ τε Ἀρχίλοχος, πάντων δὲ τούτων μάλιστα ὁ Πλάτων ἀπὸ τοῦ Ὁμηρικοῦ κείνου νάματος εἰς αὑτὸν μυρίας ὅσας παρατροπὰς ἀποχετευσάμενος.
“Longinus” On The Sublime. With an English translation
by W. Hamilton Fiye. Loeb Classical Library. Harvard University Press. Cambridge, Massachusetts London, England. 1995 / Pseudo Longino. De lo Sublime. Ediciones
Metales Pesados. 2007
[9] agon vielleicht das „Wägen“.
Der Wagen und die Wage ist doch wohl von gleichem Stamme?
Der Neid ist viel stärker bei den Griechen ausgeprägt: Plato, Pindar.
Der Begriff der Gerechtigkeit viel wichtiger als bei uns:
das Christenthum kennt ja keine Gerechtigkeit.
Der Neid in der Ilias, oder im Ajax.
Friedrich
Nietzsche. Kritische Gesamtausgabe Werke Und Briefe [Friedrich Nietzsche, Digital critical edition of the complete
works and letters, based on the critical text by G. Colli and M.
Montinari, Berlin/New York, de Gruyter 1967-, edited by Paolo D’Iorio]. / Fragmentos
Póstumos. Volumen I (1869 – 1874). Tecnos. 2007
[10] Ich behaupte nämlich, dass der uns bekannte Aeschylus und Sophokles uns
nur als Textbuchdichter, als Librettisten bekannt sind, das heisst dass sie uns
eben unbekannt sind. Während wir nämlich im Bereich der Musik über das gelehrte
Schattenspiel einer Lesemusik längst hinaus sind, ist im Gebiete der Poesie die
Unnatürlichkeit der Buchdichtung so allein herrschend, dass es Besinnung kostet,
sich zu sagen, inwiefern wir gegen Pindar Aeschylus und Sophokles ungerecht
sein müssen, ja weshalb wir sie eigentlich nicht kennen.
Friedrich Nietzsche. Gesammelte Werke. Musarionausgabe. Dreiter Band. Das
griechische Musikdrama. Musarion
Verlag München. / El Nacimiento de la Tragedia, Alianza
Editorial. 1871.
[11] Die älteste Zeit kennt nur Ausdrücke wie ἀειδειν,
ἀοιδὸς, ράπτειν ἀοιδήν, ραψωδός, τεκταίνεσθαι ἀοιδήν; in der mittleren Zeit
heisst der Dichter auch σοφιστής, d. h. der Meister seiner Kunst, wie bei
Pindar
Friedrich Nietzsche. Gesammelte Werke. Musarionausgabe. Fünfter Band.
Musarion Verlag München. 1922 / Obras Completas, Volumen
II, Escritos Filológicos, Tecnos, 2013
[12] immer schwebte die Gefahr eines Rückfalls ins Asiatische über den Griechen,
sie konnten es von Zeit zu Zeit nicht entbehren, von da aus musste von Zeit zu
Zeit ein neuer Strom von dunklen mystischen Regungen über sie kommen, aber
nicht ihnen völlig unterliegend, sondern daraus neugestärkt auftauchend zeigt
sich der eigentliche hellenische Genius. Deshalb fällt Dichtkunst unter die σοφία, und der Dichter ist σοφός d. h. ein scharf Erkennender,
und Pindar wünscht am Schluss der πρόφαντον σοφίᾳ καθ᾽ Ἕλλανας ἐόντα παντα zu sein.')
Friedrich Nietzsche. Gesammelte Werke. Musarionausgabe. Fünfter Band.
Musarion Verlag München. 1922
/ Obras Completas, Volumen II, Escritos Filológicos,
Tecnos, 2013
[13] Lasos aus Hermione
stand im Verhältniss zum Cult der Demeter, ebenso Archilochus, die Sicilier
Stesichorus und Ibykus gehören zum Cult des Apollon. Sie stammen meist aus
Familien, in denen jenes Amt sich erblich fortpflanzt: weshalb Pindar ὁ πολλὰ εἰδὼς
φυᾷ sich über Simonides und Bacchylides τους
μαθόντας lustig macht.
Friedrich Nietzsche. Gesammelte Werke. Musarionausgabe. Fünfter Band.
Musarion Verlag München. 1922 / Obras Completas, Volumen
II, Escritos Filológicos, Tecnos, 2013
[14] Man muss nur den Pindarischen Ton hören, den er gegen Fürsten annimmt:
es redet die σοφία selbst, ein weises Zusprechen, Ermahnen, Warnen, Verpflichten, alles
von einem wahren Göldglanz der Rede umflossen.
Friedrich Nietzsche. Gesammelte Werke. Musarionausgabe. Fünfter Band.
Musarion Verlag München. 1922 / Obras Completas, Volumen
II, Escritos Filológicos, Tecnos, 2013
[15] daß schon die alten Philosophen, daß Herakleitos und Empedokles,
Pythagoras und Plato, Orpheus und Pindaros, Herodot und Euripides, und noch die
Sibylle dazu, die jammervolle Beschaffenheit der Welt tief beklagt, also den
Pessimismus gelehrt haben.
Arthur Schopenhauer. Die Welt als Wille und Vorstellung. Zweiter Band.
München Bei Georg Müller. 1913 / El Mundo como Voluntad y Representación II.
Trota. 2005
[16] So begann ich
ein neues planmäßiges Studium der Klassischen Philologie (unter der Leitung
Paul Friedländer), bei dem mich neben den griechischen Philosophen vor allem
der durch den damals neu zuglängich gewordenen Hölderlin angestrahlte Pindar
anzog – und die Rhetorik, deren zur philosophie komplementäre Funktion mir
damals aufging und die mich bis in die Ausarbeitung meiner philosophische
Hermeneutik begleitet hat.
Hans Georg
Gadamer. Gesammelte Werke. Bd 2. Hermeneutik. Wahrheit und Methode 2. Die Deutsche Bibliothek – CIP –
Einheitsaufnahme. 1993 / Verdad y Método II. Ediciones Sígueme Salamanca. 2004
[17] The Odes of Pindar Including the Principal Fragments. With an
Introduction and an English Translation by Sir John Sandys. Fellow of St. John's College and Public Orator in the University of
Cambridge London: William
Heinemann New York: The Macmillan CO. 1957
[18] Friedrich Nietzsche. Obras
Completas, Volumen II, Escritos Filológicos, Tecnos, 2013
[19] Ein homerischer Hymnus, ein Chorlied Pindars, eine Tragödie des
Sophokles, eine Rede des Demosthenes haben einem ganz bestimmten einmaligen
Publikum zu genügen: auf diese Wirkung ist es abgesehen. Es ist kein ideal unbestimmtes Publikum.
Zugleich sehen wir hier jedesmal eine Verknüpfung von Kunstenj mindestens die
der Aktion und Deklamation, sonst aber Musik, Gesang, Orchestik. Von dieser
Veirbindung mit Künsten wird abstrahirt, wenn man die reinen klassischen
Litteraturwerke später als Kanon aufstellt, für lesende Menschen.
Friedrich Nietzsche. Gesammelte Werke. Musarionausgabe. Fünfter Band.
Musarion Verlag München. 1922
/ Obras Completas, Volumen II, Escritos Filológicos,
Tecnos, 2013
[20]
Píndaro. Odas y Fragmentos. Introducciones, traducción y notas de Alfonso
Ortega. Gredos. 1984
[21] In Zeiten, wo man noch sehr im Klange lebt,
muss vor Geschriebenem ein Widerwille empfunden werden, man liest sehr viel
schwerer da, während man das Gehörte, mündlich Vorgetragene leicht verstehen
würde. So ist Aeschylus und Pindar schwer für den Leser: die älteren Griechen
waren geistreichere Dichter-Hörer, als wir, bei all unsrer Bildung,
Dichter-Leser sind.
Friedrich Nietzsche. Gesammelte Werke. Musarionausgabe. Fünfter Band.
Musarion Verlag München. 1922
/ Obras Completas, Volumen II, Escritos Filológicos,
Tecnos, 2013
[23] Begabung. — In einer so hoch entwickelten Menschheit, wie die jetzige
ist, bekommt von Natur Jeder den Zugang zu vielen Talenten mitj jeder hat
angeborenes Talent, aber nur Wenigen ist der Grad von Zähigkeit Ausdauer
Energie angeboren und anerzogen, so dass er wirklich ein Talent wird, also
lüirdy was er ist, das heisst: es in Werken und Handlungen entladet.
Friedrich Nietzsche. Gesammelte Werke. Musarionausgabe. Achter Band.
Musarion Verlag München. 1922
/ Humano Demasiado Humano. Un Libro para espíritus libres. Ediciones Akal, S.A., 1996, 2001
[24] Glaube an Inspiration. — Die Künstler haben ein
Interesse daran, dass man an die plötzlichen Eingebungen, die sogenannten
Inspirationen glaubtj als ob die Idee des Kunstwerks, der Dichtung, der
Grundgedanke einer Philosophie wie ein Gnadenschein vom Himmel herableuchte. In
Wahrheit producirt die Phantasie des guten Künstlers oder Denkers fortwährend,
Gutes, Mittelmässiges und Schlechtes, aber seine Urtheilskraft, höchst
geschärft und geübt, verwirft, wählt aus, knüpft zusammen j wie man jetzt aus
den Notizbüchern Beethoven's ersieht, dass er die herrlichsten Melodien
allmählich zusammengetragen und aus vielfachen Ansätzen gewissermaassen
ausgelesen hat. Wer weniger streng scheidet und sich der nachbildenden
Erinnerung gern überlässt, der wird unter Umständen ein grosser Improvisator
werden können; aber die künstlerische Improvisation steht tief im Verhältniss
zum ernst und mühevoll erlesenen Kunstgedanken. Alle Grossen waren grosse
Arbeiter, unermüdlich nicht nur im Erfinden, sondernauch im Verwerfen, Sichten,
Umgestalten, Ordnen.
Friedrich Nietzsche. Gesammelte Werke.
Musarionausgabe. Achter Band. Musarion Verlag München. 1922
/ Humano Demasiado Humano. Un Libro para espíritus libres. Ediciones Akal, S.A., 1996, 2001
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