miércoles, 1 de febrero de 2023

Del Origen de las Pestes Actuales/Apolonio Trimenium de Letonia/DDLR

  Del origen de las pestes actuales

Apolonio Trimenium de Letonia/DDLR



Erizo Vegetal, fotografía intervenida DDLR - mayo 2022



Las plagas y virus llegaron para quedarse, nos dicen los expertos epidemiólogos. Apenas medio salimos del murciélago virulento y entramos de lleno al mono “pustulante” con su aliento y piel. Y a todas estas la pregunta sin nunca responder: ¿quién fue primero el mono o el gallino? Como vivimos en un mundo de resultados científicos y de medicamentos multinacionales, con grandes beneficios a partir de aquella célula humana que camina por el orbe terrestre, he encontrado cuál ha sido el origen de este mal global en un antiguo texto escrito por un sabio y médico llamado Apolonio Trimenium de Letonia. En su libro “De causis plagae globalis”, nos aclara tal enigma contemporáneo que, hasta la fecha, no hemos podido descubrir. Sus palabras:
“Para mí, no tengo duda, que todos los males y plagas de este mundo de pecado universal, han sido creados e introducidos en nuestra impoluta atmósfera terráquea por los “espíritus aéreos”. Y ¿quiénes son estos seres nada mitológicos y más reales que la deuda pública? Estos espíritus y demonios aéreos, como su nombre lo indica, tienen su morada por los aires, se trasladan por los vientos y cubren toda la faz del globo. Son los causantes del calentamiento de la tierra, de tempestades, truenos y relámpagos apocalípticos, además de las caídas de los árboles, del cordonazo de San Francisco en el mes de septiembre, pero también de incendios, derrumbamientos de casas, muertes de personas y animales, caída de granizo en los médanos de Coro y alrededores, y de ranas tiradas desde el cielo incluidas. Suelen hacer ver por los aires ilusiones apocalípticas como misiles con ojivas nucleares, aviones velocísimos como los F-35 Lightning II, F-22 Raptor, Eurofighter Typhoon, Sukhoi Su-35, F/A-18E/F Super Hornet, Dassault Rafale, Boeing F-15E Strike Eagle, Su-30MKI (Flanker-H), además de los drones de última generación y ciber espadas dirigidas con inteligencia artificial. Estos demonios aéreos también tienen el poder de hacer creer que escuchamos ruidos extraños, como ver a malandros por las calles, narcogobernantes de estados fallidos, a políticos farsantes y toda una fauna humana animal de monstruosidades civiles concurrentes en la tranquila cotidianidad de nuestras amadas ciudades.
Así es, según Madurandis Putryum, la hermandad Castroter, Ximpiensis y Julius Putinus, antiguo autor ruso-lapones que se refiere a ello en su obra “Libro de los Prodigios”. Numerosos ejemplos al respecto encontramos en Maquiavelo y en el lingüista Josephus Stalinianis, este último en su obra “De bello ucranianus” (Guerra de los ucranianos), cuando trata de la destrucción de Kiev. Pero Hailétinus Mariamín Mengistus , el Africano, (un oscuro hacedor de prodigios sangrientos), en el tomo primero de su obra “De orbis concordia”, da una opinión contraria sobre este tema y refiere que no debe atribuirse estos hechos de referencia a los espíritus o demonios sino a personas de carne y hueso como él. Lo cual muestra que sus datos no son científicos. Pues refiere que los torbellinos y las tempestades no son creados por los tecnólogos espíritus y demonios aéreos, y que los meteorólogos alquimistas, que trabajaron para su reinado, han referido que se deben a causas naturales. Por mi parte estoy convencidísimo, como lo está el mismo cura Jean Bodin, que estos fenómenos, espectros y espejismos, que esos eventos atmosféricos son causados frecuentemente por los demonios del aire desde sus distintas moradas etéreas.
Y como observación final puedo decir que cuando una persona desesperada se ahorca o se arroja al río por causas de hambre, angustia, deuda, enfermedad, ansiedad o desesperación, aquellos seres aéreos -como observa Kornmann- “tripudhim agentes”, danzan demostrando intensa alegría por la muerte de un lánguido traidor pecador. Pueden ellos, como queda aquí dicho (con relación a quién ha originado todos estos ciberataques de plagas chinas o africanas), corrompen el aire, causan enfermedades misteriosas, tempestades, naufragios, guerras diversas, incendios e inundaciones”.
Tomado del libro: “De causis plagae globalis”, Apolonio Trimenium de Letonia, Editado en Amberes 1557, p. 221











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