Más allá de la música:
mashup y mentalidad multimedia
Nicholas Cook
(Traduccion libre de Leoonardo
Waisman y Marisa
Restiffo)
Como el de otros que trabajan
estas áreas, mi trabajo
sobre performance musical y multimedia ha atacado
a los enfoques musicológicos tradicionales por tratar a una parte de la cultura como si fuera el
todo. Analizar la música como performance es criticar una musicología de
la escritura, que trata a la performance
como, en esencia, un
suplemento a un texto escrito; estudiar la performance como una forma de multimedia
es verla como un fenómeno que implica
al cuerpo y a todos sus sentidos,
no como una
fuente
despersonalizada de sonido. Por implicación,
contrastamos nuestro
trabajo con una musicología truncada, de mente estrecha, que refleja
las ideas estéticas del pasado, basadas
en la autonomía, en lugar de la realidad performativa de la música como una práctica
cultural vital
y
de una popularidad sin precedentes
en el mundo de hoy, orientado a los multimedia. Quizá no lo digamos explícitamente,
pero nuestro objetivo es una musicología puesta al día, que hará más justicia a la riqueza
de la música tal como
se la experimenta.
En ningún
mundo, quizás con la excepción
de la
Castalia de El Juego
de Abalorios de Hermann Hesse, se ha
practicado
realmente la música como un arte autónomo de escritura sonorizada, de la manera
que la musicología a veces ha parecido representarla. A pesar de los mejores
esfuerzos de los tecnólogos de la autonomía que
diseñaron las salas
de concierto de los siglos X I X y XX, y a pesar de los escuchas
entrenados en la estética de la autonomía, la música nunca puede ser una experiencia puramente autónoma: las contingencias
del mundo cotidiano se entrometen. Si n embargo, el quid de la cuestión es el grado
hasta el cual los oyentes, los maestros, los teóricos de la estética
y los arquitectos de ese periodo
trabajaron conjuntamente para hacerla una experiencia autónoma, algo que se podía atrapar en términos
de la notación, considerada
la representación de las intenciones de los compositores en su forma más recuperable. Y el desarrollo del gramófono, haciendo que la música sea infinitamente repetible y cortando las
conexiones
con
sus contextos
de
ejecución, trajo a la experiencia aún más cerca de un ideal estético basado en la primada
de la composición: dentro de los límites de lo posible, la autonomía fue ejecutada col efectivamente por los actores culturales de la tradición "artística" occidental. En esa medida,
la autonomía de la música no es tanto una ilusión ideológica a ser deconstruida como un hecho histórico a ser comprendido.
Y de esto se sigue que la musicología puesta
al día a la cual me refería, en lugar
de revelar la experiencia como es realmente,
corre el peligro
de esconder percepciones y concepciones de un periodo detrás de un enfoque que
se considera más realista pero en realidad sólo es más contemporáneo.
Es tarea
de la historia de la música identificar cambios fundacionales en el pensamiento y la práctica musical, y de esta manera
precaverse contra la interpretación
anacrónica. Desde la
publicación en 1992 de The lmaginary Museum of Musical Works: an Essay in The Filosophy
of Music de Lydia Goehr y a pesar de algunas objeciones
musicológicas, se ha aceptado que uno de estos cambios tuvo lugar alrededor de 1800, con la consolidación del
concepto de la obra musical : la cultura musical vino a ser entendida como estructurada alrededor
de entidades autónomas y sin tiempo tales como la Quinta Sinfonía de Beethoven
o la sonata Hammerklavier. Goehr siguió
el desarrollo de este concepto tanto en el domino estético como en el legal, y la idea de que podía
ser visto
como un sistema de pensamiento o creencia coherente
-a la manera
de los
epistemas de Foucault o de las mentalidades de los historiadores de almas- se vio reforzada por la
publicación en 2007 de Bach 's Cicle,
Mozart's Arrow: an Essay
on The Origins of Musical
Modernity de Karol Berger. Berger
sostenía que la música
de Bach estaba
penetrada por una concepción del tiempo cíclica, que el contrastaba con la concepción del
tiempo
teleológica
que se desarrolló
durante
las últimas
décadas del siglo XVIII
y logró
una expresión
musical definitiva en las
obras de Mezan y
Beethoven. La
autonomía y
la
teleología se
unen para
formar una
ontología característica, un sistema de creencias sobre que es la música, que condicionó y hasta cierto punto aún condiciona, toda la gama de prácticas
musicales, desde la composición hasta la ejecución y desde la audición hasta la crítica. Esta es la ontología de la estética autonomista, que logró su expresión más pura en el modernismo del siglo XX.
También
es ésta la ontología de la musicología tradicional, y ha sido una
preocupación de los escritos musicólogos recientes
identificar y explorar las
consecuencias de un cambio
desde lo moderno hacia
lo postmoderno comparable en líneas generales con el cambio desde lo premoderno hacia lo moderno. Pero, en lo que concierne a mis propósitos, hay un modelo particularmente relevante de este cambio (ya
que muestra cómo funcionan juntas la estética, la ley
de propiedad intelectual y la tecnología) que
viene
desde afuera de la musicología:
Remix: Making Art and Commerce Thrive
in the Hybrid Economy
de Lawrence Lessig. Este libro, publicado un año después
del de Berger, gira sobre la distinción entre
lo que Lessig llama culturas Read-Only (RO) (sólo
leer) y
Read/Write (RW) (leer/escribir). La cultura RO, en general
se mapea sobre (coincide
con), la cultura
modernista
de la autonomía, en la cual formas
artísticas tales
como la música están profesionalizadas y generan mercancías (obras) diseñadas
para ser apreciadas por públicos pasivos
que pagan. En contraste, la
cultura
RW se cimienta en la participación: la música
se concibe no como una colección de obras fijas sino como
una práctica significante en la cual
los materiales circulan
y son reelaborados
en una
manera
muy
parecida a como lo
hacen
las
ideas
en otros dominios de la cultura. El postulado central
de Lessig es que "la ley actual
de propiedad intelectual sostiene las prácticas
de la cultura
RO y se opone a las prácticas de la cultura
RW, y al llamar a su
libro
Remix fija firmemente a la cultura
RW sobre la práctica musical y audiovisual que desde
la década
de 1980 se ha convertido en un campo de batalla
legal mayúsculo entre la industria de la música y
un nuevo público musical.
Según el análisis
de
Lessig,
los
litigios asociados con la
cultura del remix muestran todos los síntomas
de esa clase de malentendido fundamental que ocurre cuando
chocan entre
si distintos sistemas de creencias.
Esto es lo que los historiadores
de los Annales quisieron definir con su concepto de mentalidades
diferentes. Para Peter Burke, en
un
escrito
de mediados
de
los '80, mentalidades diferentes implican
presupuestos, percepciones y lógicas
diferentes.
A
estudiosos
provenientes
de
una cantidad de diferentes disciplinas "les ha resultado imposible resol ver sus problemas sin invocar
un concepto tal como el de mentalidad, opuesto a una racionalidad sin tiempo (que
generalmente resulta haber sido definida
de manera etnocéntrica).... En este trabajo,
estructurado alrededor de un estudio de caso de mashup de video,
exploraré
las características esenciales de Jo que llamo
mentalidades de "autonomía" y "multimedia". En esencia, mi propuesta es que hay, por un lado, una serie
de presupuestos y creencias interpretativas
en cuyos
términos es natural
pensar la música como una
forma de
escritura sonorizada,
y por otro lado, una serie muy diferente de presupuestos en cuyos términos la primacía
y perfomatividad de la música como multimedia son evidentes por sí mismas. El libro de Lessig es sintomático de una percepción general de que en
años recientes se ha producido un significativo desplazamiento desde los
primeros hacia los segundos.
Como deja claro Lessig, la tecnología ha jugado en esto un papel esencial: la
explosión de nuevas formas de
producción
y consumo
musical
en las
cuales los parámetros auditivos y visual es son tratados como efectivamente continuos, como se verifica a través de la gama de medios para pantalla, ha promovido
distintas formas de experimentar la música y de crear música para
ser experimentada. Pero la tecnología
permite, no determina, la acción social y cultural y la historia
del cine lo demuestra. En términos tecnológicos, el cine
clásico
de
Hollywood fue la primera manifestación importante del multimedia. En términos culturales, sin embargo, sólo fue esencialmente
una continuación por otros medios de una tradición preexistente de narrativa de autor, de la misma manera
que su música
era una continuación por otros medios
de una tradición sinfónica europea de preguerra. Y la teoría
del cine a la cual dio origen
y que dominó
el campo
durante mucho tiempo (de acuerdo a la cual el significado infundido por el autor/director queda inscripto en lo que William
Mitcbell llama el texto
imagen y
luego es expresado
o matizado en la música) no resulta una base adecuada
para comprender el multimedia contemporáneo, que ha
resultado en parte de la convergencia entre
tecnologías de audio
y de video, pero, en grado más importante,
de un marco cultural diferente para la realización de este potencial tecnológico.
Tal como lo veo yo,
la diferencia fundamental
entre las mentalidades de la autonomía y del multimedia reside en la comprensión del significado.
La idea de la música
como escritura sonorizada iba de la mano con la idea de que el significado es inherente, inscripto como escritura dentro de un artefacto cultural:
se lo ve como algo depositado por el autor, que debe ser reconstruido de la manera más auténtica
posible por el oyente; y es aquí que viene a cuento
el esfuerzo al cual me refería, teorizado por los ideólogos de la autosuperación, desde el
crítico musical alemán del siglo XIX Adolph
Benhardt Marx hasta
el educador inglés del siglo
XX Percy Scholes.
En contraste, la idea de
la música como multimedia performativo va junto con una creencia de que el significado se negocia, que emerge tanto de los medios como de la interacción social y que se constituye en la experiencia de oír y mirar. Entendidos de esta manera, los artefactos culturales no ''tienen" significado; más bien
ofrecen
construcciones de sentido
en respuesta a ellos: el significado
se muda desde el
acto de producción al de recepción. La tendencia a lo largo del siglo XX hacia un alineamiento cada vez más controlado entre señales de audio y de video,
que dio lugar al video musical y a MTV aún antes de que la tecnología digital hubiera
fusionado al audio y al video en una sola
corriente de información, fue de la mano de un cambio en el foco de la producción
de significado desde
el autor y el texto hacia el receptor y el multimedia. Esto ilustra
cómo las tecnologías, las prácticas de los medios y las creencias y el valor del significado se aúnan para
formar mentalidades características.
''Una
de las cosas
con las que estamos trabajando", dice Jonny Wilson,
del trío Eclectic Method (ingleses de nacimiento, pero con base en los EE.UU.), "es cómo crear una nueva narrativa
con cultura de
video
para la próxima generación de gente que puede
percibir canales
múltiples de información al mismo tiempo." Eso es multimedia en un
sentido
obvio,
descriptivo; pero también es multimedia en el sentido más profundo
de una mentalidad, tal como lo expresa
otro de los miembros
del grupo, Jan Edgar:
"Estás creando
una pequeña estructura de desintegración del significado extraña y postmoderna, donde
las noticias son
instantáneamente desintegradas por
los avisos, que son
igualmente desintegrados por la música,
o lo que sea, y todo eso simplemente
viene hacia usted"'. El
significado se negocia en el acto de la recepción,
en
el
intento de encontrar algún sentido en la constante metralla de información digital, y el mashup de video
puede
ser visto como
algo
que encarna directamente tales procesos de negociación. Eclectic Method distribuye sus videos a través del servicio gratuito online Vimeo,
pero también los
incorpora
en
lo que
la biografía oficial del grupo llama
"eventos de locales postmodernos y virulentos"' que explotan tecnología DJ recientemente desarrollada
(específicamente,
el
mezclador
de
v ideo Pioneer
SVM-1000). De esta manera, como todos los DJ, traen la producción de significado al tiempo real de la ejecución:
"como
cualquier DJ", dice el tercer miembro
del grupo, Geoff Gamlen, "siempre
estamos a la búsqueda de lo que está funcionando para el público y adaptando a eso nuestra
ejecución", (para darles una idea de lo que estoy hablando, pueden ver un clip tomado del espectáculo NYC WTF de enero de 201O, cuya segunda mitad está
basada en un video
del año
anterior llamado "Beat
the
Baby").
El mashup
de video es
también una buena ilustración de la mentalidad
multimedia por
otros dos
caminos. En primer lugar, es un ejemplo
excelente de la convergencia de las tecnologías de audio y de video.
Como lo explican los videos
de instrucción de Eclectic Method, el software Vegas de Sonny permite la manipulación de audio y video como efectivamente una única corriente digital
cuantizada y abrochada a compases
y
tiempos
musicales. El resultado es un solo proceso
compositivo audiovisual, pero un proceso que está estructurado sobre
principios musicales y es en
ese sentido más música para los ojos que video para los oídos: en palabras de Gamlen, "conseguir que la música
de soporte
salga bien es lo más importante, así que eso tiende a hacerse
primero". (Vale
la pena recordar en este concepto que Eclectic Method crea tanto mashups de audio como de video, aunque es principalmente por los últimos que son conocidos). En segundo
lugar,
el mashup
-ya sea de audio o de video-- es un caso paradigmático de elementos
diferentes empleados no en el estilo de la autonomía (a través de la creación de
jerarquías de discursos estructurados alrededor
de
un significado primario, esencialmente narrativo) sino en el estilo del multimedia, a través
de continuas
colisiones o
negociaciones entre
elementos
heterogéneos, que dan surgimiento a significados que
son emergentes, impredecibles y
frecuentemente inefables.
Tales procesos tipo collage
de generación de significado se
pueden analizar
quizás
de la manera
más fácil en relación
con los mashups de Eclectic Method basados en ejecuciones musicales filmadas.
Su mashup de 2009 Beyoncé
VS Lynyrd Skynyri0 se
basa en: 1) el video musical premiado de Beyoncé Single
Ladies, del año
anterior, dirigido por Jake Nava y filmado en blanco y negro, protagonizado por la cantante
con
dos bailarines
idénticos;
y 2) en dos
ejecuciones de "Sweet Home
Alabama" por Lynyrd Slcynyrd filmadas, la primera de su presentación en Gray
|
La superposición
de
las canciones (unidas con una pequeña
aceleración
de Single ladies)
pone en el primer plano tanto la hiperactividad casi insana de la rutina
de Beyoncé,
con
la
elaborada coreografía de sus
dobles
y sus
giros de
cadera manufacturados, como, en contraste,
la cualidad impecablemente naturalista y distante de la presencia
escénica de Lynyrd
Skynyrd. El mashup
comienza con Lynyrd
Skynyrd antes de que se produzca la aparición en un fundido del material visual de Beyonce: por un momento podríamos verlos en términos de una única génesis, como una rutina de danza ridículamente
inapropiada
para Swect Home Alabama; el grado
de ridiculez mide el abismo cultural entre los dos actos. Y en un nivel más momento-a-momento, se meten
en
la
conciencia
del oyente
elementos
que normalmente
podrían
ser oídos simplemente como parte
de
un complejo
estilístico; éstos se oyen
como si fueran provenientes
de ángulos no familiares, desfamiliarizados. Un ejemplo
son las repetidas inflexiones de altura de Beyonce
sobre
las palabras
club y up de up in the club just
broke up, cuyo efecto se hace grotesco, casi misterioso. Hay momentos en los que la disonancia perceptiva, cognitiva y connotativa entre los elementos estira la combinación hasta
el punto de ruptura. Para algunos espectadores de YouTube esto va más allá de los límites
de la aceptabilidad genérica. (The Spawn
of Skyoyrd
postea
Owww!!! Eso no combina". Ahmlalng responde "y cualquiera que alguna vez haya sido DJ puede darse cuenta
de que esto no está sincronizado con el pulso..... realmente hiere mis oídos; está tan fuera
de tiempo). E insiste en que la atribución
a Eclectic Method de Beyonce VS Lynyrd
Skynyrd debe ser errónea: "esto no es de Eclectic Method porque ... Eclectic Method saben lo que hacen.... horrible, horrible, horrible".
|
Mientras que el mashup tiene un poder sin
rival
para forzar
conexiones entre ideas alejadas, la referencia
a la desfamiliarización sugiere otra
forma, en cierta manera más reveladora, de pensar
sobre esto: en términos
del collage
surrealista o del montaje formalista ruso. Los métodos
analíticos basados
en la autonomía se basan
en la
identificación de unidades totales: el
análisis
armónico lineal, por ejemplo,
representa a las
composiciones como jerarquías
de elementos unificados, desde el nivel del motivo
o la frase hasta un movimiento completo. Estos enfoques quitan énfasis a las transiciones entre unidades totales
y sin embargo, el enfoque concatenacionista de la audición,
de creciente influencia, implica que las relaciones y yuxtaposiciones entre bordes son en
gran paneles, responsables
de
los
efectos de significado musicales. Como
las yuxtaposiciones
que usaban
los
surrealistas
para
liberar
contenidos psíquicos irracionales, las capas de Beyoncé
VS Lynyrd
Skynyrd raspan una contra
otra en una versión
casi literal del "montaje vertical" de Eisenstein, liberando
significado que es palpable aunque difícil de formular en palabras.
|
Esto forma
la
base de una sección del mashup de Eclectic Method, cuyos primeros segundos están tomados directamente de la película.
La edición de Eclectic Method, que constituye
módulos de las imágenes
y los repite, de hecho "musicalizan" el fragmento extraído de la
película: están
coordinados con la métrica regular de la música (tomada
principalmente de la secuencia de créditos, que sigue
inmediatamente a este pasaje
en el prólogo). Esto es, en su versión más simple, lo que quiero decir con que un solo proceso
compositivo abarca tanto audio como video; lo que
podríamos llamar,
extendiendo el uso de Mitchell,
texto de música imagen. En mi libro Analysing Musical
Multimedia, fui siguiendo la extensión
progresiva de los principios de construcción musicales hacia el dominio visual, desde tempranos dibujos animados tales como las Silly
Symphonies [Sinfonías tontas) y Fantasía, de Disney, hasta los videos
de rap, pero el trabajo de Eclectic Method
es un ejemplo
más extremo de música
para los ojos que
nada de lo que cito en mi libro. Y esta musicalización de los materiales de película, que se produce
al componerlos dentro del groove, se puede considerar como una extensión
del tiempo no lineal, o cíclico, de la película original de Tarantino hacia su continuidad momento a momento: Eclectic Method extrae y concentra
un aspecto
clave
de su material de base. La resonancia con el ciclo
de Bach sugiere el pensamiento -sobre el cual volveré- que hay aspectos
de la mentalidad multimedia que son tan premodernos
como postmodernos.
La musicalización de películas de Eclectic Method también
tiene otros efectos, que comentaré en relación con otra sección
de la Tarantino Mixtape. Ésta está basada principalmente en Reservoir Dogs (1992), que trata
de un robo de joyas frustrado. Una de las técnicas de Eclectic Method es conectar clips de
diferentes películas a través de cosas que, en términos narrativos, son conexiones
puramente incidentales y si n significado: el video
comienza con una serie
de clips en los cuales
hay gente hablando por teléfono,
mientras que la
sección
basada sobre Reservoir Dogs comienza alternando clips provenientes de distintas películas en los que se abre el maletero de un auto. Estas conexiones "horizontales" que corren, por así decirlo, perpendicularmente a las ya problemáticas jerarquías narrativas de las películas, sirven
para subvertirlas aún más. Pero los procesos de musicalización, que aquí son
considerablemente más complejos que en la sección
basada
en Pulp Fiction, hacen
lo mismo de una manera más radical. Los clips de maleteros que se
abren son seguidos por
un largo pasaje construido sobre armas de fuego, comenzando con el amartillar de un
arma, que se saca de uno de los maleteros, luego el amartillar de un revólver: en ambos
casos el sonido del
amartillar se asimila y se elabora en
la pista de audio. Esto
es seguido
por un extenso pasaje unificado
por un disparo, que fractura el parabrisas de un auto en el segundo y cuarto tiempo
de cada compás,
y finalmente por imitaciones vocales de disparos, sincronizadas con el groove de cuatro por cuatro.
Todo esto se
relaciona con el
segundo de
los
atributos
que
la
página de Facebook atribuye
a Tarantino: su uso de "violencia
estilizada". Tarantino es conocido
por abogar por la violencia en las películas. Cuando apareció
en enero de 2010 en la
British
Academy of Film and Television Artists
(BAFTA), declaró: "soy fanático de la acción y violencia en el cine... Es por
eso que Thomas Edison creó la cámara de filmación: porque es tan buena la violencia. Afecta fuertemente al público. Uno sabe que está viendo una película". Y es en términos de estilización que los apologistas de Tarantino lo defienden: en palabras de Xavier Morales, Tarantino
"presenta la violencia como una forma de arte
expresivo, en el cual la violencia es físicamente tan graciosa,
visualmente tan fascinante, y ejecutada tan meticulosamente
que nuestras respuestas instintivas, emocionales, socavan todas las objeciones racionales que podamos
tener.
Tarantino es capaz de transformar un objeto de repulsión
moral en uno de belleza estética". Así, el cineasta es una presencia capi tal en el debate
actual
sobre el papel de la violencia en la industria del entretenimiento, una de cuyas partes sostiene
que las películas y videojuegos violentos naturalizan o incluso promueven la violencia, y otra que estas representaciones de violencia son puramente simbólicas y como tales son
entendidas por espectadores y jugadores. En apoyo de esta última
posición, Jeffrey Goldstein apunta
que la violencia solo entretiene si está marcada como artificio: "debe incluir
indicios de su irrealidad (música, efectos de sonido,
un argumento de fantasía, personajes de dibujo
animado). La gente es muy selectiva en cuanto a la violencia que busca”.
Entonces, ¿dónde
se ubica Eclectic Method dentro
de esta polémica? Se podría
encontrar argumentos para ponerlo en cualquiera de los dos campos.
Por un lado, su tratamiento de los
clips de
Tarantino, extrayendo
los
episodios con armas
y coleccionándolos como alguna
gente
colecciona pornografía, se
podría ver como un indicio de que
va aún
más
lejos
que Tarantino en la estetización de la violencia, naturalizando así la psicopatología que dio lugar a las masacres de Columbine y Jokela. Por otro, su musicalización del juego
con armas de fuego,
sometiéndolo a repetición y a diseños
formales de patrones, se podría
ver como un proceso
que no sólo marca las imágenes como artificio, sino que revela su inherente absurdo, y así ridiculiza el culto generalizado de
las armas que impera
en los EE.UU (recuerden: ellos son ingleses).
Pero uno de
los placeres de trabajar
sobre
multimedia
basados
en
la web
es
que podemos ir más
allá
de este
tipo de interpretación
crítica: ¿qué nos
dicen
los comentarios posteados en Vimeo y en
You
Tube sobre cómo
construyen los espectadores la postura
de Eclectic
Method. En los días en que terminé de dar forma
al presente
trabajo, había 178 comentarios sobre la mixtape en Vimeo y 144 en You Tube. Sólo dos de ellos se refieren a la violencia. Intavent
escribe
que "la parte de los disparos resume, para él, el sentido
de sus películas, que bailan al compás
de la línea del gancho
comercial y de la violencia gratuita."
Y Paulina Plezia se
queja de que "demasiadas cabezas
son aplastadas",
pero luego agrega: "Gran trabajo
de edición, sin embargo, felicitamos a Eclectic Melhod".
Si los espectadores de Tarantino Mixtape
parecen poco interesados en el tema de la violencia, ¿qué aspectos sí les interesan y comentan? Hay ocasionales postes críticos,
(Sawn Capelle escribe: "embrollado por 'clichés' -como dispararle a pescados en un barril -la edición rítmica de materiales así está reagotada"),
pero la gran mayoría de los postes son expresiones de incontaminada alabanza,
a veces por el trabajo de edición, pero por lo común más generalizadas
(una muestra
representativa: "Woooow es taaan
cool!!" "Creo que realmente es lo más cool
que jamás haya visto"
"¡Qué lo parió!
Wow..." "Mi computadora acaba
de tener un orgasmo" "Esto es probablemente lo mejor de Eclectic Method,
en términos
de
musicalidad"
"¡ME ENCANTA ESTO! OMG, estoy oficialmente enamorada
de ustedes!") La página
de Vimeo registra 3,267 "me gusta",
mientras que en You Tube
hay 562 "me gusta" y sólo 5 "no
me gusta". Sin embargo,
un recurrente foco de interés
es la relación entre la mixtape
y las películas. Muchos postes, como el de intavent, demuestran un conocimiento de las películas de
Taramino.
Peter
Lo escribe: "¡Excelente! Me parece
que
resume
la experiencia Tarantino muy bien", mientras que the jotmpoem comenta: Adoran mash-up, y de
alguna manera permanece fiel a Tarantino
a lo largo del
proceso". De hecho, Cyphervirus dice: "De repente siento la necesidad de volver a ver cada una de las películas que alguna vez haya hecho Tarantino". Sólo hay una comentarista, Sharee Ann Gorman, que opina que la mixtape malvende a Tarantino:
''Me gusta tanto
como a
cualquiera el deconstruccionismo/reconstruccionismo
(con una excelente pista de sonido), pero creo que las películas de Tarantino son más grandes que la suma de sus partes.
Ustedes tienen un maravilloso ojo, y un gran sentido
del flujo, pero hay un punto
de vista que se pierde cuando se pierde el contexto".
Pocos
espectadores se aventuran con este tipo de comentario crítico, pero a muchos les gusta rastrear los fragmentos de
distintas
películas y pistas de música. Muchos piden una lista
de reproducción y las preguntas sobre
de dónde vienen
algunas partes
específicas de la mixtape
atraen prontas
respuestas de otros
espectadores. El placer intertextual
que ofrece la mixtape
tiene resonancias
con el tercero
de
los atributos
adscriptos a Tarantino en
la página de Facebook: sus "referencias cinematográficas a
menudo
obscuras". Otra vez, Eclectic Method intensifica lo que hace Tarantino: Tarantino Mixtape
apila intertexto sobre intertexto.
Está construida con clips
de Tarantino que no sólo hacen referencia a otras películas,
sino que también reformulan el propósito de música de
película preexistente, particularmente la de Morricone. Y luego Eclectic Method incorpora
materiales de sus mashups, incluyendo la Tarantino Mixtape, a ejecuciones en vivo, manipulándolas con loops y otros recursos para proveer un nivel más de musicalización; y hay todavía una
vuelta
de tuerca
más cuando
las grabaciones de estas performances son reconstruidas como videos para su sitio web. Esto es juego intertextual en su máxima extravagancia; la rica estratificación de sonidos, formaciones visuales y connotaciones fácilmente asimilables es tal que
uno puede
sentirse atraído hacia los mashups
de películas de Eclectic Method aún si uno no conoce
las películas sobre las cuales se basa, y -en ese sentido- no sabe de qué se trata el mixtape.
Pero,
¡,hasta qué punto tiene
sentido
adoptar
enfoques
de
crítica de cine o hermenéuticos a producciones como la Tarantino Mixtape, en la búsqueda de extraer
de ellos un tipo de significado que pueda ser traducido en palabras? Quizás la forma más
simple de contestar esta pregunta sea comparar
a Eclectic Method con el dúo de música dance
electrónica Coldcut, de trayectoria mucho más larga, y con el cual estuvo alguna
vez asociado Jonny Wilson.26 El video de Coldcut Revolution,11 sacado
a la venta
en vísperas de las elecciones generales
inglesas de 2001,
yuxtapone clips de discursos
de Tony Blair y otros políticos con titulares de
periódicos sobre corrupción y asuntos turbios, atacando de esta manera
la hipocresía de la clase política. También lo hace
World of Evil, una colaboración entre Coldcut y el performer de video con base en Los Ángeles TV Sheriff, que se planeó para coincidir con la elecciones estadounidense de 2004. En ambos casos las técnicas de mashup de video se usan para crear un mensaje que no puede ser malinterpretado y que fácilmente se podría poner en palabras.
Dentro de la campaña del presidente
electo Obama prometió a sus hijas
un perrito que las acompañarla a la Casa Blanca. La producción de este video sin música
es característicamente ingeniosa
y pulida; hay un constante
fondo de farsa, debido en no pequeña medida a las intervenciones editoriales de Eclectic Method (Obama
habla
repetidamente de "un
gobierno
del cachorrito, por el cachorrito y para el cachorrito"). Sin embargo, comparado con la obra de Coldcut,
el mensaje es, como
máximo, una
sátira suave y discreta sobre
la
yuxtaposición de la
política exaltada
con valores familiares muy ligados a los medios de difusión. De hecho,
cuando
uno ha llegado a expresarlo en palabras, casi no queda mensaje.
Lo que quiero
decir es que ésta no es una manera muy productiva
de pensar
sobre Eclectic Method.
Un ejemplo
mucho
más característico e informativo de cómo emerge de sus
obras
el significado podría
ser Beat
the Baby (Péguenle
al bebé, o
gánenle
al bebé, con las connotaciones extras
de "beat":
pulso]. En él se someten a l tratamiento usual de Eclectic Method clips de
bebés
sobre una alfombra,
en una sillita
alta
y en el jardín.30 Si lo comparamos con los videos de Coldcut
y su mensaje
político explicito, el contenido manifiesto de Beat the Baby no podría ser más inocuo, y la mayoría
de los comentarios en YouTube dicen "qué mono es!".
Pero hay
algunos
que disienten: Norris escribe que "es escalofriante y coof al mismo tiempo ... parecido a ese acosador allá por el '98"., mientras que para TSK Redpanda "la música está bien, pero las tomas de los bebés son medio
espeluznantes y misteriosas". A mí también
me resulta perturbador el video.
Hay un efecto
de Jo inexplicado y asombroso, que también se siente en Beyoncé
YS Lynyrd Skynyrd, un efecto de un significado que no llega a ser traducible en palabras pero que tiene algo que ver con la reificación o mercantilización de la inocencia. Trae a la luz una disonancia conceptual
entre los bebés y la cultura de los adultos, proponiendo preguntas sobre cómo nos relacionamos con los bebes,
sobre quiénes o qué creemos que son. Como dije antes, buena conexiones entre ideas
y
valores
que normalmente mantenemos separados.
Resumiendo, el significado de Eclectic Method es menos discursivo que performativo; no inherente sino
negociado a través de interacciones
entre diferentes medios, por un lado, y
entre el diseño
musical modulado (musical patterning) y las referencias intertextuales,
por otro. O, mejor dicho, es una negociación múltiple que implica no sólo a los rastros
de los medios,
sino a Eclectic Method como mediadores y ejecutantes, junto
con los espectadores e interpretadores, con sus distintos antecedentes,
experiencias e intereses.
Y, como en todos los sistemas de
interacción múltiple, un cambios en
cualquiera de estos elementos da como
resultado
una explosión
combinatoria de posibles resultados:
ésta
es la
razón teórica
para describir
como "emergente" al
significado de los multimedia, tan impredecibles como el tiempo, y esencialmente por las mismas razones. Esto es también la razón de que, como en un collage surrealista, el significado parece surgir
por su propia voluntad, independientemente de las expectativas que uno pudiera tener.
De esta manera, mientras
Coldcut expresa
comentarios políticos a través de multimedia, Eclectic Method trabaja con significados que emergen en el tiempo real de la interacción del multimedia y que no
pueden
ser traducidos
adecuadamente
a
un discurso
verbal. Sólo
si
uno está buscando una posición sobre problemáticas tales
como la violencia o la actitud
social frente a los bebés, de la misma manera en que Coldcut tiene
una posición en política,
uno puede llegar a la conclusión del comentarista de Vimeo Alejandro Cock-Peláez: la Taramino Mixtape
"no tiene un punto de vista".
Pero
inmediatamente agrega: "Sin embargo, tiene mucho ritmo y trabajo visual".
Merleau-Ponty tenía una imagen memorable para este
tipo
de significado:
"como el tejedor", decía, "el escritor
trabaja sobre
el revés
de su material. Tiene que
operar
sólo con el lenguaje, y es así que repentinamente se encuentra rodeado por el significado". Pero, como lo implica la referencia de Merleau-Ponty al lenguaje
-o mis referencias al surrealismo- esos procesos de producción de significado
son anteriores a la tecnología multimedia. ¿No podríamos, de hecho, decir que Beethoven sólo operaba con notas, y repentinamente se vio rodeado por el significado? En cuyo caso, todo el proyecto de distinguir entre mentalidad es de la autonomía del multimedia, ¿no termina estableciendo una imagen reduccionista y cargada de
oposiciones binarias de la historia de la música, en la cual la adscripción de significados performativos
e inefables al multimedia contemporáneo encorseta a la tradición musical clásica en un estereotipo
estrechamente textualista? Sostendría que aquí realmente hay un problema, pero que éste no
reside
en
el intento
de
formular los sistemas de creencias más
o
menos coherentes y diferentes entre sí que llamo mentalidad
de la autonomía y del multimedia: reside
en cómo
disponemos esas mentalidades dentro de la historia de la música. El uso
por parte de Lessig del
término
"remix" para caracterizar a la cultura
RW ayudó a vender su mensaje,
pero esto fue a costa de fomentar una percepción
errónea: que RW es la cultura
de hoy y RO la de ayer. Esto es una percepción errónea no sólo porque muchos aspectos de la cultura
RO se continúan hoy, sino
también porque Lessig
específicamente enfatiza la dimensión RW de la cultura
de ayer.
De hecho, comienza su libro con la imagen de John Philip Sousa en 1906, prediciendo melancólicamente la desaparición de la cultura musical participativa como consecuencia de la reproducción mecánica del sonido. Para Lessig, la ejecución, que siempre ha implicado la selección y a menudo
el arreglo,
es la dimensión RW de las culturas musicales tradicionales, tanto artísticas" como populares: su tesis es que las prácticas de remixaje que permite
la tecnología
digital no son diferentes
en
principio de las formas tradicional es de participación cultural. Sin embargo, son tratadas de manera muy diferente
en el sistema legal.
De la misma manera
que la cultura RO de Lessig,
el régimen de la obra musical teorizado por Goehr ha sido situado
demasiado fácilmente en la periodización de
la historia de la música. Ya
he mencionado que su
versión de la
historia
despertó objeciones musicológicas: ésta incluye
tanto ejemplos
del concepto de obra antes de 1800, como prácticas musicales posteriores a que no están reguladas por el concepto de obra. Jim Samson,
por ejemplo, ha documentado la existencia de dos tradiciones diferentes dentro del pianísmo del siglo XIX; una, enfocada sobre la reproducción fiel de la obra, y otra,
sobre
el virtuosismo y el acto de la performance.
Pero el
argumento se puede formular con la máxima fuerza
a través de la evidencia directa
de una cultura
de participación en
la música clásica durante
el supuesto
apogeo del
régimen de
la autonomía. El Hofmeister Musikberichte, catálogos mensuales publicados desde 1829 por el editor Friedrich Hofmeister de Leipzig, representa el catálogo más exhaustivo de partituras en hojas sueltas [sheet music] del siglo
XIX. Las obras que conocemos hoy
aparecen, por
supuesto. Pero
se ven apabulladas
y sumergidas por un tsunami de arreglos y adaptaciones --ocasionalmente de obras que conocemos, generalmente de obras desconocidas para nosotros- para instrumentos tales como flauta
de caña, piano a pedales
o un conjunto formado
por physharmonica [un predecesor del armonio], flauta armónica [un tipo de acordeón pequeño] y acordeón. Estas marcas de una
cultura remix decimonónico evidencian la coexistencia de dos concepciones marcadamente diferentes de lo que es la música. Ver a la música del siglo XIX sólo en términos de la cultura RO da como resultado una comprensión sesgada: es cierto
que los conceptos esenciales de esa mentalidad -autonomía, la obra
musical, genio,
etc.- fueron formulados en sus formas más extremas
durante ese siglo, pero circulaban dentro de esa culturalmente ecléctica que su arquitectura
hace visible. Sólo con el modernismo del siglo XX esos conceptos se condensaron en un sistema de creencias
más o menos
cerrado, al cual no se concebían alternativas; con eso la música
clásica se identificó con la cultura RO una identificación que se consolidó con los subsidios gubernamentales para las orquestas
y teatros de ópera
profesionales que se hicieron comunes después de 1945 (Lessig
ubica al apogeo de la cultura RO en la década
de 1970).
Eso ex plica la sensación (a la cual ya
me referí) de que la mentalidad multimedia, ostensiblemente moderna, es de
alguna manera una continuación
de lo premoderno. Pero en esto, también, deberíamos resistir la periodización
implícita. Lo que he llamado mentalidades
multimedia y de la autonomía son sistemas alternativos para la conceptualización y práctica de la música entre los cuales hay una diferencia que en el último
análisis
es
ontológica: la mentalidad de la autonomía se basa
en comprender a la música como
una cosa; la del multimedia, en concebirla como una
experiencia. Al bautizarlas así, las he amarrado a una coyuntura histórica específica, pero también se pueden pensar como
categorías de mayor
amplitud,
posibilidades
permanentes para
la construcción de la música, que alternan en tomar más o menos prominencia en distintas áreas de la cultura
musical o en distintas épocas y lugares. Para volver
al surrealismo y a Lynyrd Sleynyrd VS Beyoncé, el
aumento de la preeminencia de modos emergentes de producción de sentido que ha tenido lugar a lo largo del siglo XX se
puede ver simbolizado en el
contraste entre, por una
parte,
un
movimiento de vanguardia con impacto
sumamente limitado fuera de sus círculos críticos
(aunque se debe admitir que
éstos
son muy
influyentes) y, por otra, la
circulación y consumo masivos
de los multimedia basados en Internet. La obra de Eclectic Method es sólo la punta del iceberg.
Voy a
concluir con una
especie
de
coda, ocupándome de una cuestión que seguramente uds. ya se
han venido formulando: ¿cómo maneja Eclectic Method el copyright? En realidad, la
primera
vez que me encontré con sus
trabajos
fue en la película
de Benjamín Franzen y Kembrew
McLeod Copyright Criminals
(2009),
la que, en términos de su sitio web, se pregunta:
"¿Puedes ser dueño de un sonido?", y ofrece una respuesta a través de la historia
y las prácticas del sampling, el remix y el mashup narrada en entrevistas a muchos de sus exponentes (incluyendo a Eclectic Method). Como se podrán
imaginar, la relación de Eclectic Method con la legislación de propiedad intelectual no es simple y directa,
pero, contra lo que se podría pensar, nunca han tenido una orden de suspensión de sus actividades. En la entrevista de Creativity a la que ya he aludido,
se preguntó
a los miembros del grupo acerca de la problemática legal. Contestaron lo siguiente:
Ian Edgar: Si le
preguntas a un abogado qué debería pasar con la cultura, diría "¡pará y no hagas nada!". Es por eso que no les preguntamos...
Jonny
Wilson: Históricamente, nuestra historia
ha sido que hemos probado las aguas
en términos de hasta qué punto podíamos zafar, y
resultó que no sólo
zafábamos, sino que
todos aquellos cuya propiedad intelectual violábamos
luego nos empleaban para hacer algo
para ellos.
O sea que se desarrolló un patrón de
hacer algo técnicamente ilegal, seguido por algo oficial. Pasó con MTV, Fatboy Slim, U2 y Motown. Creo que aparecimos exactamente en el
momento justo para
hacer lo que hacemos. La gente justo se estaba preparando para que esto fuera
legítimo, con YouTube y otras cosas como esa.
Las prácticas de negocios de Eclectic Method confirman esto. Ponen sus videos en la web para descarga gratuita; el dinero proviene de su altibajo como
compañía productora, que incluye ahora videos promocionales, publicidad viral en
internet y performances
en videos
publicitarios [branded videos]. La lista de clientes incluye a Adidas, Apple, Blackbeny, Coca Cola, y Getty Images.
Otro de los entrevistados en Copyright Criminals fue Lessig, quien mantuvo
allí lo que él llama
"forma de expresión remix" (y que yo llamo mentalidad multimedia), puede
ser criminalizada,
pero no suprimida. poco después
de la
publicación de Remix, el 8 de enero
de 2009, Lessig apareció
en The Colbert Report,
un programa satírico nocturno. Con
ironía, el
conductor Stephen Colben prohibió
explícitamente la
confección de remixes basados en esa entrevista. El resultado
era predecible: el remix
de Eclectic Method apareció posteado al día siguiente, y siguieron muchos otros. Los
dejaré
con él, y gracias
por escucharme.
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