viernes, 1 de abril de 2011


Cultura y Contracultura Digital

Jorge Oscar Portilla Manfredini

Profesor de la Universidad Metropolitana, Caracas




 Pedestrian Street Art by Peter Gibson 22
Street art, Peter Gibson


Introducción
Este trabajo es un borrador editado de un artículo que sometí, una vez recortado de acuerdo a las instrucciones del editor, para su publicación. El tema fue el de la cultura y la contracultura digital. Más generoso de espacio, el blog me permite mantener información que juzgo valiosa, aunque no necesariamente esencial,que no cupo dentro de los límites impuestos al ensayo.
Asimismo, el blog me permite exponer con mayor amplitud mi propio ámbito de dudas respecto al tema.
Siguiendo la línea de éste, consideraré en primer lugar a la cultura, partiendo de ideas generales con las que comulgo, pero tratando de distinguir los aspectos de ella que me ayuden a desarrollar la idea de contracultura y contracultura digital.
Dentro de esa cultura, por así decirlo, dada, propondré la técnica, con privilegio de la contemporánea, como uno de suscomponentes fundamentales.
Y no toda la técnica sino aquella que da lugar a lo que se denomina tecnología digital, respecto a la cual obviaré conceptos físico-matemáticos, concentrándome en los aspectos culturales de la información y la comunicación.
Expreso que la tecnología digital, dentro de una cultura, da lugar a una subcultura rotulada como digital. Suelo llamarla, según la analice por sí misma o en su contexto, indiferentemente, cultura o subcultura digital.
Por definición, se requiere una cultura para que se pueda decir que un movimiento o tendencia es contracultural, e históricamente, ése ha sido el caso.
La extensión y la interpenetración de la subcultura digital es tal que, de haberla, puede esperarse una contracultura digital.
La intención de este ensayo es identificar, en caso de que realmente exista, los rasgos de tal contracultura y describirla del mejor modo posible.


Pedestrian Street Art by Peter Gibson 13
Street Art, Peter Gibson




Cultura
Para comenzar, y aunque acepto instrumentalmente y conceptualmente la distinción entre cultura y naturaleza, rechazo tal separación en el plano antropológico, por ejemplo, la noción de segunda naturaleza que utilizaba Arnold Gehlen (1904 1976) para la cultura, lo cual implica una primera naturaleza, más básica, más orgánica. No vislumbro una segunda naturaleza sobre-impuesta a nuestra naturaleza animal, como un epifenómeno del organismo físico humano.
Esta postura puede parecer irrelevante al tema y, en última instancia, es ese el caso. Pero la posición que adopto me permite arraigar mucho más fuertemente la tecnología dentro de la cultura y otorgarle una importancia conceptual mayor.
Creo que la cultura es evolutiva (puede verificarse simplemente), pero sólo conceptualmente puedo admitir la noosfera de Vernadsky-Teilhard[1], que sería el resultado de un proceso lineal con asiento en la biosfera de Eduard Suess (1831 1914) (apoyada, a su vez, en la litosfera), por el sólo hecho que la litosfera es resultado también de la biosfera (las cianobacterias es probable que hayan formado la atmósfera de oxígeno que hoy tiene la Tierra) y la biosfera actual está enormemente influenciada por la noosfera, a la que sirve de base. Se trataría de una heterarquía, como quiere Hofstadter, o de una coevolución de la cultura y la vida o entre la cultura y la vida.
Con más claridad, espero, expreso mis serias dudas a que se haya dado el caso de la aparición de un hombre orgánico o de un homínido en algún punto o región del tiempo pasado, que con el correr de los años, desarrolla una cultura. Mi propuesta, nada original por cierto, es que hombre y cultura son coevolutivos y se determinan mutuamente. De hecho, la actuación cultural característica de la especie humana ya está pergeñada en la conducta de sus parientes cercanos del reino animal; comunicación, risa, sexo festivo, adulterio al macho jefe de la manada, lucha, vigilancia, engaño, ocultamiento, actividad social compleja (despioje mutuo, por ejemplo), etc., etc. pueden constatarse (mucho de ello sólo observando nuestros animales domésticos) o están registrados por los investigadores.
Entiendo por cultura un comportamiento y sus resultados, propios de un mamífero con condiciones anátomo-fisiológicas particulares, por ejemplo, posición erguida, oposición del pulgar, visión cromática tridimensional e inteligencia superior. Voy a extenderme sobre la inteligencia y en esa extensión haré referencia al índice de encefalización de Jerison, que me eximirá de precisiones sesgadas y antropocéntricas respecto a lo que constituye la superioridad de la inteligencia humana. Espero poder dejar claro que la inteligencia también evoluciona con cambios anátomo-fisiológicos y con comportamientos derivados de los mismos, que su desarrollo es más que neuronal y que por participar de un  continuo psico-físico, se aplica al mundo al que define y modifica.
Admito que los fundamentos de la inteligencia, se encuentran lejos de ser explicados aceptablemente por el comportamiento “estereotipado” de las neuronas[2] o de las proteínas[3], o por el reconocimiento celular o subcelular[4], aunque la base de todo proceso inteligente pudiese estar allí. Pero es un hecho que la evolución ontogenética produce un sistema nervioso central responsable de coordinar la actividad neuromotriz en función, principalmente, de correspondencias sensoriales.
Este sistema mantiene programas genéticos que libera ante estímulos particulares. Construye, asimismo, una representación del mundo adaptada a los desempeños específicos del animal, registra acontecimientos significativos para esos desempeños, los agrupa por clases, según analogías, asocia dichas clases y refina los programas. Finalmente, imagina, es decir, representa acontecimientos o programas de acción del mismo animal[5]. Este sustrato físico y funcional produce la inteligencia, es decir la capacidad de responder flexiblemente a circunstancias fortuitas, de extraer sentido a mensajes ambiguos o contradictorios, de reconocer la importancia relativa de los elementos de una situación, de encontrar similitudes a pesar de las diferencias y de hacer distinciones a pesar de las similitudes, de sintetizar nuevos conceptos a partir de los viejos y de producir ideas novedosas[6].
Cuando se llega a ese punto, surge casi por necesidad el mundo cultural. La inteligencia produce un awareness, un darse cuenta que genera decisiones que pueden llamarse cultas (razonamiento, arte, tecnología, codificaciones sociales, etc.). Un nivel menor de awarenessse evidencia en la conducta de los animales cercanos a nosotros, particularmente los domésticos. Pero las ratas, que no lo son, muestran comportamientos inteligentes que, amarrados, sin duda a lo genético, no mantienen con ello correlaciones mecánicas. Estoy diciendo que hay cierta autonomía. Para redondear la idea, en el hombre esta autonomía es sin duda mayor, pero creer en una independencia total de lo genético me parece temerario.
El patrón evolutivo de los seres vivientes parece corresponder a ciclos de diferenciaciones funcionales o estructurales aleatorias de ciertas características orgánicas. Aquellos individuos para quienes los cambios resultan en su propio bien, es decir, que garantizan su supervivencia, o, más precisamente, le permiten, por lo menos, alcanzar una edad en la que procrean, trasmiten genéticamente esos rasgos modificados a su prole. Existe numerosa evidencia científica de este mecanismo que no discutiré aquí. Sin embargo, es suficiente, como medida de plausibilidad de la evolución genética, la existencia de tecnologías mediante las cuales el hombre, integrante de la naturaleza, reproduce en otras especies los postulados del darwinismo[7]. La evolución de la inteligencia parece ser un proceso cíclico en el cual períodos somáticos y neurológicos (nuevamente, diferenciando lo que está vinculado íntima e integralmente) se alternan o superponen, interactivamente, en sus mutaciones. Charles Darwin (1809 1882), decía, que era difícil determinar, e inmaterial para él, si los hábitos se cambiaban primero y las estructuras después o al contrario o casi simultáneamente.[8]
Dentro de este proceso no es contingente, tal vez, el hecho de que nervios y músculos tengan antepasados citoplasmáticos comunes, representados por microtúbulos de 200 amstrongs de diámetro encontrados en los cilios y las neuritas primitivas de las células nerviosas de la hidra[9]. Esta posibilidad determinaría un continuo de decisión-acción que encantaría a filósofos que no admiten el dualismo de mente y cuerpo o espíritu y materia. Por lo menos a mí me agrada y me aleja de algunas propuestas, como la de Luhmann, quien definen lo social sólo como comunicación.
A medida que se avanza en la escala evolutiva se van notando las diferenciaciones y los desarrollos anatómicos para dar cabida a conductas más elaboradas. Ciertos insectos, por ejemplo, no tienen diferenciadas sus fibras nerviosas en aferentes y eferentes. Los sistemas nerviosos centrales de algunas especies pueden ser tan pequeños que se reducen a una interneurona, es decir, sólo una neurona central entre una neurona sensorial y otra motora.[10]
Con este tipo de soporte neural no es de extrañar que la conducta de huída de un insecto común como la cucaracha, se verifique como una respuesta binaria, todo o nada, a cualquier agresión real o ficticia. Es casi unánime la creencia de que la aparición o perfeccionamiento de la memoria no genética ha tenido gran importancia en el desarrollo de la inteligencia (de la memoria genética, obviamente, no queda la menor duda, en cuanto es ella la que permite la transmisión de los caracteres que conforman tal inteligencia y todo lo demás en el bionte).
Aristóteles (384 322), intuía[11], que la memoria y la percepción tenían algo que ver con la inteligencia animal y humana. Es prácticamente inconcebible imaginar funciones mentales con cierto grado de sofisticación que no requieran soporte de la memoria. Más aún, se postula que la imaginación o la creación intelectual no son más que memoria operando proyectivamente en lugar de retrospectivamente.
Cabe aquí una digresión sobre Henri Bergson (1859 1941), quien postulaba que la percepción no es la extracción de las características puras de los objetos, sino que se fundamenta en la acción posible del sujeto cognoscente sobre los objetos que percibe. El universo es, según ello, el conjunto de imágenes referidas a las acciones posibles. La percepción no es sólo resultado de excitaciones externas sino trabajo de la memoria para determinar cuál es la acción más adecuada a seguir en una situación particular.[12] No existe acuerdo sobre los mecanismos que comprende la memoria biológica no genética. En algún momento se supuso que no tenían una localización precisa y que correspondían a algún tipo de cambio cíclico (alguna especie de oscilación), en la estructura neuronal. Sin embargo, las experiencias de hibernación de ratas llevadas a cabo por Ralph Gerard (1900 1974) de la Universidad de Michigan en 1953[13] y por R. K. Andjus y colaboradores en 1955[14], las cuales eliminaban, prácticamente, toda posibilidad de movimiento, sugieren lo contrario, es decir que existe algún tipo de localización. Experimentos con inhibidores de la síntesis de proteínas, como la puromicina, que también interfieren la memoria, hacen presuponer algún proceso bioquímico en la formación de los engramas, palabra acuñada por Karl S. Lashley (1890 1958) en 1920, para referirse a alguna huella dejada en el protoplasma por repetición de estímulos[15]. Se aceptan dos tipos de memoria: la de corto y la de largo plazo. Experimentos realizados por Eric Kandell[16], con la babosa aplysia californica, sugieren que la memoria de corto plazo se produce cuando no se ha traspasado el umbral temporal de estimulaciones (90 minutos para la aplysia), y se traduce, bioquímicamente, sólo por una mayor actividad proteínica en las neuronas. Esta actividad es transitoria y en la babosa actúa como amplificadora de ciertas respuestas ante estímulos determinados. La memoria de largo plazo, producida al traspasarse el umbral indicado, mantiene, supuestamente por invocación genética, una actividad proteínica por un período más largo. Pero independientemente de cómo se produce o donde se localiza, lo importante para nuestro estudio es el papel que juega la memoria en ese complejo proceso llamado inteligencia. Algunos insectos pueden utilizan la vibración del ojo para escudriñar el mundo visual y obtener una imagen más acabada del mismo. Algo así como un modelo temporal en lugar de espacial cuya producción es inimaginable sin la ayuda de la memoria[17]. Recordemos que en las determinaciones culturales se menciona el mantenimiento de la memoria colectiva.
Una posibilidad adicional que permite la memoria es la liberación de la necesidad de visión omnidireccional (la cual subsiste en algunas especies de insectos, reptiles y anfibios). Un animal con memoria puede recordar al depredador que lo persigue, refrescar su recuerdo por muestreo y concentrarse más en su huída. Esto le da, obviamente, ventajas competitivas en la lucha por la supervivencia, pero, tal vez, lo que es más importante, es que su aparato visual puede abarcar un ángulo menor con mayor especificidad. Si, como parece ser, cada paso de la evolución se apoya en los precedentes, no cabe duda que esta especialización determinó un hito importante para la génesis de la inteligencia. Trabajos experimentales con ranas, en particular los de Roger Wolcott Sperry (1913 1994) del Instituto de Tecnología de California[18], y gatos[19], sugieren un desplazamiento de funciones de análisis existentes en la retina de la rana (inferior en la escala evolutiva) a estratos más centralizados dentro del sistema nervioso del gato (superior a aquella en la misma escala). La rana presenta cambios de conducta irreversibles a pesar de una total regeneración tisural, cuando sus ojos son separados de sus nervios ópticos y reimplantados con rotación[20]. La rana posee, proporcionalmente, mayor capacidad cognitiva o, si se prefiere, discriminativa en su retina que el gato. El cerebro (ganglio), de la rana es seis veces más pequeño, en cantidad de células nerviosas, que su retina. En el largo camino hacia el pensamiento, definido como el más alto nivel del ejercicio neurológico[21], distintas líneas de variación contribuyeron al desarrollo de la inteligencia. Aunque el conocimiento de una estructura no puede conducir por sí sólo a la formulación de inferencias exactas sobre el comportamiento, una vez conocidos estos comportamientos se pueden explicar por deducción ciertas especializaciones morfológicas[22]. Ello sustenta la mayoría de las especulaciones que siguen. La posición erecta de los protohumanos permitió que estos liberaran sus manos de las tareas de locomoción propias de otros mamíferos (un experimento anterior en algunos dinosaurios no produjo el mismo resultado, lo que indica la necesidad de conjunción de factores intrínsecos y extrínsecos para que se produzca algo biológicamente sostenibles).Lo cierto es que nuestros antepasados pudieron utilizar, en esa conjunción, sus manos en tareas de aprehensión (oposición del pulgar), de detección táctil e instrumentales (herramientas)[23]. Ivan Petrovich Pavlov (1849 1936), atribuía la inteligencia en los primates al hecho de que poseyeran manos que les permitían entrar en relaciones muy complejas con los elementos circundantes. Konrad Lorenz (1903 1989), en 1943, sostenía que nuestro espacio táctil tiene una enorme preponderancia en nuestros procesos cognitivos, aún sobre nuestro espacio visual.[24] Encuentra en palabras alemanas relacionadas con la cognición, reminiscencias de esta percepción táctil: comprender, begreifen, es agarrar; un objeto es gegenstand, lo que nos enfrenta. Esto, obviamente puede extenderse fácilmente a otras lenguas, en especial indoeuropeas y dentro de ellas al castellano: captar por comprender, por ejemplo[25]. El tiempo se representa como un modelo espacial. Siguiendo otra línea de cambio, la variación de los hábitos alimenticios produjo un acortamiento del cráneo de los protosimios insectívoros del mesozoico. Estos cráneos alargados se correspondían con el buen desarrollo olfatorio de estos animales. Al cambiar a una dieta vegetariana tales funciones olfativas perdieron importancia[26] y a medida que el cráneo se acortaba, se producía el desplazamiento de los ojos desde las porciones laterales hacia la porción frontal del cráneo. Esto dio origen a la visión estereométrica (en relieve), propia de los primates y facilitó la especialización cromática en el sentido de la vista. Me he preguntado si ese debilitamiento de la capacidad olfativa no implicó dedicar porciones del neocortex que antes estaban dedicadas a las funciones del olfato, a otras funciones cerebrales.
 El cierre óseo del recinto de la órbita del ojo, según tesis de Martin Pickford (n. 1943)[27], es, asimismo, responsable de una mayor independencia de movimientos oculares. La combinación de la posición erecta y la visión tridimensional cromática, proporcionó mayor seguridad a nuestros antepasados, al mismo tiempo que mejoraba su precisión en el uso de las herramientas. Todo este cambio estuvo acompañado por una alteración correlativa del sistema nervioso. Por ejemplo, los nervios ópticos de los primates se encuentran semidecusados, es decir, que a diferencia de otros mamíferos que conectan el ojo derecho con el lóbulo izquierdo del cerebro y viceversa, la mitad de las fibras de cada nervio llega al lóbulo de su lado.[28] Esto produce una imagen visual única y coordinada. Harry J. Jerison[29] sostiene que el coeficiente de encefalización (basado en el peso del cerebro en relación al peso del animal), evoluciona dentro de cada grupo animal: los primeros mamíferos tenían un coeficiente cuatro veces más pequeño que el actual. Se afirma que el hombre posee cuatro veces más neuronas que los simios y dos veces más que los primeros homínidos. Los cambios en la dieta tuvieron otras consecuencias. El paso de la dieta vegetariana a otra carnívora más concentrada en proteínas (posterior al australopiteco[30], hace, por lo menos, 3.5 millones de años), redujo el tiempo y el volumen de la digestión. Ello proporcionó mayor tiempo libre a nuestros antepasados y favoreció la actividad social cooperativa de la caza. Se especula que ciertos sonidos intencionales producidos durante esta actividad podrían haber dado origen a nuestra capacidad de lenguaje. Los trabajos del antropólogo británico W.D. Wallis, de Louis Bolk y M. A. Gremiatski, sugieren que las variaciones en la dieta, y en especial la cocción de los alimentos que los hacía más fáciles de masticar, fueron responsables de la reducción del maxilar inferior y la aparición, única en la escala zoológica, de la eminencia mentoneana en forma de herradura, la cual produce una mayor cavidad bucal y un movimiento más libre del maxilar inferior. Conjuntamente con esto, el soporte óseo de un maxilar más liviano no requiere de un cráneo grueso ni de una sutura a edad más temprana de los huesos craneales. Todo esto conlleva a la posibilidad de un mayor desarrollo cerebral y al lenguaje articulado ya que permite que detalles de la estructura y función del cerebro, permanezcan plásticos por algún tiempo después del nacimiento[31]. Para Pavlov, en 1932, la facultad del lenguaje y la facultad de pensar están estrechamente ligadas. Consideraba al lenguaje como un sistema de señalización de segundo orden (en relación a las señales sensoriales de primer orden), representando en sí una abstracción de la realidad que posibilita la generalización, rasgos estos constituyentes del pensamiento. El biólogo alemán Jakob Johann von Uexküll (1864 1944), conocido por su trabajo de l909, Umwelt und Innerwelt der Tiere, sobre la percepción y el comportamiento de los animales[32], designa el plan evolutivo del animal como centrífugo, es decir que, partiendo de un germen “se enriquece con nuevos brotes que evolucionan hasta formar órganos diferenciados.
Lo primero que consigue mi visión teórica, que trata de integrar diversas propuestas, en caso de que se acepte, es echar por tierra la noción de Mängelausstattung de Gehlen, la cual subyace a su idea de cultura, y que ve al hombre como animal que compensa sus carencias con ella: el hombre no es ningún animal defectuoso, no sólo viene equipado para ella sino que dadas sus especiales condiciones no tenía otra alternativa que desarrollarla.
En síntesis, coincido con el antropólogo norteamericano Robert Ardrey (1908 1980) sostiene que no faltarán puristas que observarán que el término cultura se aplica a cualquiera de los logros de un animal pensante capaz de elegir.[33]
También estoy de acuerdo con Kenneth Oakley (1911 1981):
La evolución de nuevo equipo corporal en respuesta a un cambio de ambiente requeriría millones de años, pero reemplazándolo por equipo extra-corporal de su propia fabricación que puede desecharse rápidamente o cambiarse como las circunstancias lo dicten, el hombre se convirtió en la más adaptable de todas las criaturas.[34]
El equipo extra-corporal es la cultura con su sesgo tecnológico. Pero para detallar o establecer una visión sincrónica (lo anterior que desarrollé tiene un tinte o un sesgo diacrónico), me valgo de la definición clásica de Edward Burnett Tylor (1832 1917), en el primer párrafo de Primitive Culture de 1871:
La Cultura o la Civilización, tomada en su amplio sentido etnográfico, es esa totalidad compleja que incluye conocimiento, creencia, arte, derecho, moral, costumbre y cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de una sociedad.[35]
La capacidad de elaborar cultura le “permite al hombre la comunicación por medio del lenguaje, cooperar en la solución de problema, criar y educar a los hijos, desarrollar interpretaciones únicas acerca de la naturaleza de las cosas y formar organizaciones”.[36]
Wilhelm Dilthey (1833 1911) afirma que la cultura es, antes que nada, un tejido de nexos finales, cada uno de los cuales posee una legalidad interna que condiciona su estructura y determina, a través de ella, su desarrollo.[37]
Clifford Geertz (1926 2006) dice en The Interpretation of Cultures, 1973, que:
El concepto de cultura es esencialmente semiótico. Creyendo, con Max Weber, que el hombre es un animal suspendido en telarañas de significación que él mismo ha hilado, tomo la cultura como esas telarañas, y el análisis de ello no es una ciencia experimental en búsqueda de la ley sino lo interpretativo en búsqueda de significado.
Piensa que el significado se construye socialmente, históricamente y retóricamente.[38]
Creo que tengo suficiente con las distinciones precedentes, que tomo sin crítica, para disponer de un substrato conceptual mínimo. Logrado eso, destaco lo siguiente:
a)                    Para Niklas Luhmann (1927 1998), la cultura engendra cultura: es autopoiética.
b)                   A esto agrego que también autoepistémica en su quehacer y desarrollo, en la fijación de sus fines y la distribución de sus recursos (no así, obviamente, si es estudiada desde otra cultura, como lo hacen los etnógrafos). Mientras se realiza como tal, una cultura se comprende desde sí misma. Esto plantea algunas aporías interesantes que dificultan la objetividad en las ciencias del hombre (el observador observado y el punto ciego de Luhmann).
c)                    Una cultura se da para una sociedad determinada. Frente a otras posibilidades demarcatorias, empleo como definición de sociedad los conceptos de comunidad de memoria y de expectación de Josiah Royce (1855 1916):
Puede llamarse comunidad de memoria, la constituida por el hecho de que cada uno de sus miembros acepta como parte de su propia vida individual los mismos eventos pasados que acepta cada uno de sus miembros.
Puede llamarse comunidad de expectación o […] de esperanza [aquella] constituida por el hecho de que cada uno de sus miembros acepta, como parte de su propia vida individual, los mismos eventos futuros esperados que acepta cada uno de sus compañeros.[39]
Aceptado lo anterior, se ratifica el rol de la cultura en cuanto es en ella y por ella que se da el simbolismo necesario para rememorar y mantener expectativas o esperanzas.
Ese simbolismo garantiza la posibilidad de comunidades simbólicas no sometidas, necesariamente, a cierta contigüidad poblacional.
d)                   Es casi unánime la propensión de todas las sociedades a conseguir una estabilidad, un estado de equilibrio. Pero tal homeóstasis no se logra solamente por el juego libre de factores culturales, sino que aparecen estructuras de cohesión (morales, jurídicas, políticas, religiosas, etc.). Parafraseando a O’Reilly y Chatman, puede considerarse la cultura como un sistema de valores compartidos que define lo que es importante, y normas que intentan definir actitudes y conductas apropiadas para los miembros de la sociedad en cuestión (inclusive, de cómo sentirse y comportarse).[40]
e)                    Los grados de coerción que se ejerce varían de sociedad en sociedad y de tiempo en tiempo, y ésta interfiere los deseos individuales y grupales, lo cual abre la puerta para que bajo circunstancias propicias, ciertas subculturas se transformen en contracultura.



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Street Art, Peter Gibson



Contracultura[41]

La palabra contracultura es un neologismo creado por profesor de historia y sociólogo de la Universidad de California y escritor Theodore Roszak (n. 1933), que apareció publicada en 1969 en The Making of a Counter Culture. Entendía por contracultura:
La rebelión contra ciertos elementos esenciales de la sociedad industrial: el sacerdocio de la especialización técnica, la visión del mundo de la corriente principal de la ciencia y la dominación social de la comunidad corporativa – el complejo militar-industrial, como lo llamaba Dwight Eisenhower.[42]
Una contracultura supone “un rechazo de los valores tradicionales occidentales o el despliegue de estilos de vida alternativos, contrarios a las normas acostumbradas”.[43]
Se la percibe como “una cultura minoritaria marcada por un conjunto de valores, normas y patrones de conducta que contradicen aquellos de la sociedad dominante”[44] y un modo de vida y filosofía que en los puntos centrales está en conflicto con la sociedad de la corriente principal”.[45]Para Dessaur et al. (1974), la contracultura:
...se refiere a un sistema coherente de normas y valores que no sólo difieren de aquéllos del sistema dominante (donde, si nada más que esto es el caso, hablamos de subculturas) sino que también comprende al menos una norma o valor que invoca el compromiso al cambio cultural, eso es, a una transformación del sistema dominante de normas y valores.[46]
Por su parte, Langman argumenta:
La contracultura busca una transvaloración fundamental de ética, estilos de vida alternos y transformaciones de conciencia. Las “cultura joven”, como la llamamos, es más de una ideología, tema, o estilo que un grupo claramente designado.[47]
El término se aplica, principalmente, a corrientes nacidas, yo diría, a mediados de la década de 1950, con vigorosas manifestaciones en la de 1960. El foco principal se encontraba en Estados Unidos, pero hizo eclosión definitoria en el famoso mayo francés de 1968.
En ese contexto, el vocablo caracteriza a algunos, movimientos contestatarios juveniles contra lo que se denomina la dominación cultural burguesa, noción que aunque correcta, está parcializada. En efecto, más allá de lo anecdótico o periodístico, presumo que pueden hallarse movimientos contraculturales a lo largo y ancho de toda la historia.[48]
Lo que “se hizo notar”, evocando a Pierre Bourdieu (1930 2002), en las fechas y sitios arriba señalados, fue la apariencia no convencional de los miembros de la subcultura, su música, el consumo de drogas, ciertos experimentos comunitarios y la liberación sexual[49].La mayoría estaba compuesta por jóvenes blancos de clase media que, para quienes los aprobaban,  perseguían de algún modo su felicidad (cualquier cosa que esto fuera). Sectores opuestos, sin embargo, los percibieron auto-indulgentes, antipatrióticos, parásitos y destructores del orden moral: inútilmente rebeldes. Un popular filme de la época, Rebel without a cause[50], apuntaba a ese concepto. Me pregunto si es casual que su estreno en 1955 coincidiera, prácticamente, con la finalización del macartismo.
También “se hizo notar” la reacción de la cultura tradicional[51], que intensificó prohibiciones y censuras.
Aparte de la cobertura mediática regular, los movimientos contraculturales tuvieron sus propios medios: periódicos como Libération en Francia, radios libres y discografía independiente. Así difundieron sus bases ideológicas, al tiempo que seguramente buscaban su autoafirmación. Ello explica la teatralidad de algunas de sus manifestaciones.
La revista Playboy, fundada en Chicago en 1953 por Hugh Hefner (1926 -),entre banalidades y testimonios de serios, defendía la subcultura de la droga, al tiempo que criticaba la moral sexual preexistente.[52]
El feminismo, tal vez por la fuerza de sus reclamaciones, fue considerado contracultura.
Pero en la música popular donde la contracultura se hace más notoria, con estilos de moda más o menos persistentes y con conciertos como el de Woodstock de 1969.[53]
Surgió la llamada generación beat, de la que se afirma que “sacudió a la sociedad americana de sus certezas”.Contaron con una literatura que los incluía de autores como William Burroughs (1914 1997), Allen Ginsberg (1926 1997) y Jack Kerouac (1922 1969). 
Nacieron artes de la calle, medios de comunicación alternativos, grafitis y cultura mural.
Algunas de las acciones esgrimidas se vinculaban el rechazo del “sistema”[54], entre ellas, las antimilitaristas y pacifistas. Anti-héroes sustituyeron super-héroes en tiras cómicas, cine y televisión. Se objetaba la intervención en Vietnam y la sociedad de consumo.
La cultura dominante comienza, en general, protegiéndose o defendiéndose; luego va cediendo terreno paulatinamente, y termina por absorber, de un modo u otro, por vía de aceptación, convivencia o tolerancia de la contracultura. Es interesante constatar como hoy símbolos contraculturales de antaño se han transformado en logos para artículos como bolsos para damas o T-shirts que se comercializan en plena sociedad de consumo.
Ya lo habían predicho Theodor Adorno (1903 1969) y Max Horkheimer (1895 1973) en Dialéctica de la Ilustración:
Lo que resiste sólo puede sobrevivir enquistándose. Una vez que lo que resiste ha sido registrado en sus diferencias por parte de la industria cultural, forma parte ya de ella, tal como el reformador agrario se incorpora al capitalismo. La rebelión que rinde homenaje a la realidad se convierte en la marca de fábrica de quien tiene una nueva idea para aportar a la industria.
Algunas teorías que intentan explicar los fenómenos contraculturales, los perciben como reacción contra la dominación cultural que ejercen las clases dominantes. Pero, de acuerdo con los hechos, la confrontación fue mucho más compleja ya que miembros de las clases dominantes participaron activamente y sectores populares considerables permanecieron al margen. Desde Atenas hasta hoy, el ocio fue desarrollado, fundamentalmente, por clases dominantes. No es broma, pero en las clases populares se lo denomina vagancia y sus efectos no son los mismos, para bien o para mal, que el ocio.
También se sustentan hipótesis que señalan los conflictos generacionales como causa. Si ello es así, propongo que se tenga en cuenta lo siguiente:
a)      Una generación de mujeres que venía de haber soportado la no trivial combinación del peso de mantener una economía de guerra y ser ama de casa.
b)      Una generación de excombatientes que luego del infierno deseaban disfrutar de la vida.
c)      Una ciencia que había eliminado el riesgo venéreo, con sus antibióticos, y el de un embarazo no deseado con la píldora anticonceptiva.
d)      Jóvenes que no habían crecido sin las restricciones y penas que sufrieron sus mayores.
e)      La percepción muy concreta de la amenaza nuclear.
f)        La continuación de guerras con significado distinto al de la defensa del suelo patrio, en regiones lejanas, para defender intereses incomprensibles.
Holmes destaca que algunos autores consideran que la contracultura representa una falla en la enculturación[55], definida ésta como “el proceso por el cual la herencia cultural se transmite de generación en generación.”[56] Ello le permite proponer a Margaret Mead (1901 1978) como precursora de la idea de contracultura en razón de que la autora señala la ruptura de la familia tri-generacional como consecuencia de la movilidad social y la idea de progreso en la sociedad del siglo pasado, y que se concentra la cultura joven (youth culture), entendiendo que representa un cambio cualitativo respecto a la cultura tradicional[57], lo que imposibilita su comprensión utilizando categorías convencionales.[58]
Desmond et al. ven la contracultura en términos de la dialéctica del amo y el esclavo, interpretando la Fenomenología del Espíritu de Georg W. F. Hegel (1770 1831). Las contraculturas –dice– son mezclas de dos grupos: esclavos que han alcanzado conciencia de sí mismos al punto que piden el reconocimiento, y amos que se sienten alienados de la naturaleza y buscan conciliación con su “verdadera” naturaleza.[59]Tal visión proporciona tres perspectivas acerca de la contracultura: como auténtica, como mediada y como diferencia. Los autores confiesan su deseo de apartarse de las aproximaciones estereotipadas que la circunscriben básicamente a la década de 1960.[60]
Sintetizo, a continuación, mi visión de los rasgos que determinan una contracultura:
1.      La contracultura nace en la propia cultura (autopoiesis) a la que, de un modo u otro, se opone. Ello anula posibles pseudo movimientos promovidos por factores externos.
2.      Los bordes entre contracultura y cultura son totalmente borrosos.
3.      Toda contracultura es subcultura, por ende, la cantidad de sujetos que se necesita para determinarla, es tan incierta como la requerida para la subcultura.
4.      La contracultura no se circunscribe solamente al período y la ubicación que suele acordársele (en las décadas de 1960 y 1970, en U.S.A. o Francia).
5.      Es discutible definirla sólo como oposición a una categoría socio-política determinada.
6.      La contracultura no debiera definirse por la edad de sus simpatizantes o miembros, aunque sería ir contra los hechos no reconocer el rol histórico de la juventud en ella.

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Tecnología

Parto de la técnica, la τέχνη, oficio o arte, que según Aristóteles (384 322), es “hábito productivo acompañado de razón verdadera”, ξιςμετλόγουληϑοςποιητική.[61]
La tecnología, un paso de abstracción por encima, se define usualmente como herramientas hechas por humanos, como medios eficientes y racionales para un propósito, o como un conjunto de artefactos materiales. También como “la organización del conocimiento para el logro de propósitos prácticos”.[62]
Un paso más de abstracción por encima, Martin Heidegger (1889 1976) ha dicho que la tecnología es la metafísica de nuestro tiempo.
Mi idea respecto a la tecnología (o la técnica, si se prefiere) es que representa, junto con el lenguaje, el o uno de los pilares principales de la cultura humana. El hombre hace una herramienta. Con ella modifica la naturaleza, pero no queda allí: con esa herramienta hace otra herramienta de orden superior, al punto que hoy en día asistimos a una tecnología de altísimo grado de recursión y de integración y de interacción y mutua determinación con la ciencia.
La tecnología determina también un tipo humano que se  ha denominado homo faber, que no tiene nada que ver con nombres de fósiles como homo erectushomo habilishomo neanderthalis, etc. Tampoco con caracterizaciones locales, de las cuales el propio Carlos Linneo (1707 1778) deja algunas: homo ferus (salvaje), homo afer (africano), homo americanushomo asiaticushomo europeushomo monstruosus, etc.
El homo faber es tal vez determinación más común después de la de homo sapiens de Linneo. La expresión se remonta a Appius Claudius Caecus (c. 340 273):  Homo faber suae quisque fortunae, traducido con alguna libertad como “cada hombre es artífice de su fortuna”. El dictum fue citado en la Ad Caesarem Senem de Re Publica Oratio atribuida a Gaius Sallustius Crispus (86 34). La cita de la Oratio dice: Sed res docuit id verum esse, quod in carminibus Appius ait, fabrum esse suae quemque fortuna, pero la cosamuestraquees verdaderolo que Appius dice en sus cantosque cada uno es artífice de su fortuna.
Benjamin Franklin (1706 1790), en 1729, proporciona la siguiente definición: “El hombre es el animal que hace herramientas (Man is a toolmaking animal)”.
Encontré la referencia en James Boswell (1740 1795), Life of Johnson, editado por George BirbeckHill (1835 1903), Volumen III (1776-1780):
BOSWELL. ‘I think Dr. Franklin’s definition of Man -a good one- “A tool-making animal.”’
JOHNSON. ‘But many a man never made a tool; and suppose a man without arms, he could not make a tool.’
Karl Marx (1818 1883) cita en Das Kapital, 1867, Tomo I, Capítulo VII, a Benjamin Franklin, en el sentido de que éste concibe al hombre “como a toolmaking animal, un animal que fabrica herramientas”. Sin embargo, Marx guarda distancia respecto a esa concepción: “Si no es como afirma Aristóteles, un animal político, en todo caso, es un animal social”.
Henri Bergson expresa:
Si pudiéramos despojarnos de todo orgullo, si, para definir nuestra especie, nos atenemos a lo que la historia y la prehistoria nos presentan como la característica constante del hombre y la inteligencia, no nos diríamos Homo sapiens sino Homo faberEn definitiva, la inteligencia, considerada en lo que parece ser la marcha original, es la facultad de fabricar objetos artificiales, en particular herramientas para hacer herramientas, y de variar indefinidamente su fabricación.[63]
Más contemporáneamente, Hannah Arendt (1906 1975), en The Human Condition, 1958, dice que el homo faber “fabrica la interminable variedad de cosas cuya suma total constituye el artificio humano”.[64] Es el hombre del trabajo (work), que hace cosas artificiales, públicas, estables, durables y permanentes. Agrega que:
“[Un] elemento de violación y de violencia está presente en toda fabricación, y el homo faber, creador del artificio humano, siempre ha sido un destructor de la naturaleza”.[65]
Para la autora, el homo faber es amenazado por el hombre de labor (homo laborans). El producto de la labor se da en la esfera de lo privado, está sujeto a los valores de la vida, la productividad y la abundancia; lo que produce es perecedero, no durable y no permanente: se agota por el consumo.
El mundo de la labor es cíclico, repetitivo. El homo laborans, sometido a los ciclos de la vida biológica, “sigue siendo el siervo de la naturaleza y de la Tierra”.[66] Arendt llama alienación a la transformación del hombre, de faber en laborans.
¡Hasta hubo una novela con ese nombre! En efecto, Max Frisch (1911 1991) publicó Homo Faber en 1957, título que es un juego de palabras ya que la obra se trata, en primera instancia, del relato del ingeniero Walter Faber.
Una característica más mundana de la tecnología es su relación con la economía, ya que actuando como multiplicador, lo que generalmente es bueno, afecta otros factores, como el trabajo, lo que  puede ser malo según las circunstancias. Por ejemplo, un robot reemplaza el trabajo de un número determinado de operarios, con ventajas, en general, para la empresa. En una sociedad desarrollada el efecto negativo para el trabajador y su familia (e incluso para el consumo que mantiene el equilibrio de oferta y demanda) puede diluirse.La situación no es necesariamente la misma en una sociedad en desarrollo.
La tecnología, junto con la ciencia, recibe elogios y denuestos en proporciones significativas. Al respecto, coincido con Joseph Agassi (n. 1927) quien plantea que aunque la tecnología moderna ha creado los medios para destrozar la vida en la tierra, se necesita más de ella y no menos, es decir, hacen falta medios de control para la tecnología que, aunque originados políticamente, son tecnológicos.[67]
En la relación con ese animal que algunos creen que se anticipó a la cultura, y, por ende a la tecnología, yo digo que ésta primero intervino el mundo biológico del hombre: es el caso, por ejemplo, del vestido o de la medicina. Pero ahora puede hablarse de una invasión de ese mundo; de una subversión de estados de cosas que no existía hasta hace cincuenta años. 
Por ejemplo, el hombre ha comenzado a crear sistemas artificiales de vida que pueden desafiar y suplantar sus formas tradicionales basadas, fundamentalmente, en moléculas carbonosas (los silicones son un aún rudimentario ejemplo de esta posibilidad).[68] Se habla de una evolución controlada (en serio, conociendo a mis congéneres, ello me aterra).
Sin llegar tan lejos, ya el control que ejerció el ambiente y la movilidad alcanzada en él durante los 50.000 años del homo sapiens, parece que han removido la necesidad de nuevas  mutaciones significativas (el color de la piel, necesario para combatir los efectos de la luz solar, por ejemplo; o la anatomía diferenciada de humanos de zonas extremadamente frías, ambas cosas ya se produjeron). Asimismo, es posible que una mayor dependencia de la tecnología pueda debilitar ciertos sistemas de defensa naturales, como el inmune, por ejemplo.
La ingeniería genética es vista como una herramienta para ganar robustos cuerpos super-atléticos, libres de enfermedad, y de larga vida.[69]
Sin embargo, la destrucción de la especie es posible. Por lo general, las especies mueren como tales por imposibilidad de adaptación a cambios ambientales muy fuertes. En el caso de la Humanidad, es factible de que la propia especie humana produzca esos cambios.
Las especies sufren a sus depredadores. En este sentido, no parece que el hombre pueda llegar a ser superado como depredador. Se piensa, no obstante, en depredadores superiores en inteligencia al humano: robots, cyborgs, o replicantes genéticos. Creo, no obstante, que  el cuidado mayor debe tenerse en la confrontación de humanos versus humanos. 
Cómo puede evolucionar el humano actual. Hay límites (caso cerebro). El tamaño cerebral es posible que tenga un límite a partir del cual podría ser ineficiente, según Pearson et al., debido los tiempos sinápticos (1 ó 2 milisegundos) y la longitud de las cadenas de disparos sinápticos que se requieren para tomar una decisión. Algunos analistas piensan en la tecnología de la información como apoyo para superar este problema. Esa tecnología, por otra parte, no parece encontrarse cerca del límite de sus posibilidades en cuanto a almacenamiento, tratamiento y recuperación de información. Lo cierto es que, de ser esta  hipótesis real, ya estaríamos cercanos a la cantidad de información que puede manejar eficientemente nuestro cerebro, y el desplazamiento hacia la ayuda externa es necesario. La eficacia de esta ayuda –pienso, siguiendo la conjetura – podría estar des-estimulando mecanismos de mutación o recombinación que naturalmente es posible que se hubiesen producido.
Por otra parte, las tendencias más importantes que se pueden apreciar en estos momentos, en el plano biológico son la reproducción controlada y la separación de la sexualidad de la reproducción (hasta ahora se venía separando la reproducción de la sexualidad).
La propia evolución también se ha puesto en tela de juicio. Por ejemplo:
Que la evolución, en todo menos infinito tiempo, haya podido cambiar un órgano en otro, una pierna en un ala, una vejiga natatoria en pulmón, hasta una red nerviosa en un cerebro con miles de millones de neuronas, parece notable, pero bastante natural. Que la evolución  en unos pocos millones de años, haya convertido la materia física en lo que ha parecido ser para muchos, en el sentido más literal del término, alguna clase de entidad metafísica, es completamente otro asunto.[70]
Creo que es hora, sin embargo, de concentrarnos en la tecnología digital.


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Street Art, Peter Gibson


Tecnología digital

Para mi propio ordenamiento, veo la tecnología como una jerarquía: electrónica, tecnología de la información, tecnología digital (creo que la tecnología de la información, que fue electromecánica primero y que también incluye lo analógico (continuo), como opuesto conceptualmente a lo digital (discreto), antecede a la tecnología digital), e informática (que no computación, que la distingo como más teórica u orientada al cálculo), por supuesto en su rama digital pues tiene ilustres antecedentes electromecánicos.
En una publicación de electroneconomy.com consultada en 2001, había una definición de tecnología de la información, la cual era un término que encerraba toda forma de tecnología utilizada para crear, cambiar y utilizar información en sus diversas formas (datos de empresas, conversaciones, imágenes, películas, presentaciones multimedia y otras formas, incluyendo aquellas aún no se habían concebido).
Según el “Telecom Glosary”, también de 2001, la tecnología de la información era la rama de la tecnología dedicada
a)                  Al estudio y la aplicación de datos y el procesamiento de eso, es decir, la adquisición automática, almacenamiento, manipulación (inclusive transformación), administración, movimiento, control, exhibición, conmutación, intercambio, transmisión o recepción de datos, y
b)                  Al desarrollo y uso del hardware, software, firmware, y procedimientos asociados con este procesamiento.
La Tecnología de Electrónica e Información (Electronic and Information Technology) significa tecnología que es empleada en llevar a cabo actividades de información, incluyendo cualquier forma de ésta, donde:
a)                  La “Tecnología Electrónica” incluye, pero no está limitada a, equipo, hardware, computers, software, firmware y procedimientos similares, tecnologías auxiliares, tecnologías que causan que el contenido esté activo de alguna forma, documentación, servicios (incluyendo servicios de soporte) y recursos relacionados. Incluye subsistemas, interconexiones y sistemas interconectados.
b)                  Las “Actividades de Información” incluyen, pero no están limitadas a, la creación, traducción, duplicación, servicio, adquisición, manipulación, almacenamiento, administración, movimiento, control, exhibición (display), conmutación (switching), intercambio. Las actividades de información incluyen actividades de presentación demorada tales como servidores de información y sistemas de mensajes tanto como actividades de comunicación en tiempo real, sincrónicas.
c)                  “Cualquier Forma de Información” incluye, pero no está limita a, voz, gráficos, texto, contenido dinámico, y estructuras de datos de todo tipo sean electrónicas, visuales, auditivas, ópticas o de cualquier otra forma.
La Information Technology (ITManagemente Reform Act del 8 de agosto de 1996, conocida también como ITMRA o Clinger Cohen Act (según la página web http://wwwoirm.nih.gov/itmra/bacground.html (consultada el 19/12/2002), determinaba, con orientación netamente estatal para los Estados Unidos, que tecnología de la información significa el uso de hardware, software, servicios e infraestructura de soporte para administrar y entregar información utilizando voz, datos y video.
A los efectos de confeccionar un  presupuesto, lo cual me interesa por el nivel de detalle que se exhibe, la Tecnología de la Información incluía:
·                    Todos los computadores con interfaz humana.
·                    Todos los periféricos que sólo operan conectados a un computador o una red.
·                    Todas las redes de voz, video y datos, y el equipo, personal y servicios adquiridos necesarios para operarlos.
·                    Todos los salarios y beneficios para el personal cuyas descripciones de trabajo incluyan específicamente funciones tecnológicas, es decir, servicios de red, desarrollo de aplicaciones, administración de sistemas.
·                    Todos los servicios tecnológicos suministrados por proveedores o contratistas.
·                    Todos los costos operativos asociados con la provisión de tecnología de la información.
·                    Todos los costos asociados con desarrollo, compra, licencia o mantenimiento del software.
Algunas agencias podían querer incluir otros costos, por ejemplo, cámaras digitales, aunque funcionasen autónomamente (stand alone). El personal de data entry (entrada o ingreso de datos; personal para transcripción), pudiera incluirse si se lo considera dentro del staff tecnológico.
Ejemplos de Tecnología de la Información:
·                      Equipo de radio y teléfono y conmutadores (switches), utilizados para comunicación de voz.
·                      Aplicaciones tradicionales de computación que incluyen almacenamiento de datos y programas para entrada, proceso y salida de datos.
·                      Software y soporte para sistemas de automatización de oficinas tales como procesamiento de palabra y hojas de cálculo, así como los computadores para correrlos.
·                      Computadores personales de los usuarios y software.
·                      Redes de datos y todos los equipos de comunicación asociados tales como servidores, puentes, enrutadores, hubs y cableado (wiring).
·                      Periféricos conectados directamente a sistemas de información de computadores usados para reunir o transmitir información de audio, video o gráfica, tales como scanners y digitalizadores.
·                      Sistemas de respuesta de voz que interactúan con una base de datos o aplicación computarizada.
·                      Equipo de video conferencia.
·                      La red de comunicaciones de radio del estado.
·                      Ordenadores y sistemas de redes utilizados por maestros, entrenadores y estudiantes con propósitos educacionales.
·                      Sistemas de computación “abiertos” que monitorean o automatizan procesos mecánicos o químicos y almacenan información que es empleada por aplicaciones de para analizar y tomar decisiones, tales como el sistema de administración de edificios Metasys.
Ejemplos de ítems excluidos por la definición:
·                      Sistemas de computación “cerrados” que monitorean o automatizan procesos mecánicos o químicos, tales como el sistema de alarma contra incendios del Capitolio.
·                      Equipo audiovisual que puede operarse como unidad autónoma, tales como televisores, grabadoras de cintas, grabadoras y cámaras de video, y proyectores de transparencias. El equipo de edición de video está excluido.
·                      Copiadoras y faxes.
·                      Licencias o suscripciones a información electrónica provista a usuarios en lugar de libros y revistas.
·                      Servicios de data entry (ingreso de datos; se refiere a transcriptores).
·                      Personal que digitaliza dibujos o hace desktop publishing.
·                      Power users: usuarios que utilizan características avanzadas de hojas de cálculo y procesadores de palabra.
ITMRA excluís de la tecnología de la información el equipamiento para seguridad nacional.
Como se ve, la tecnología digital está asociada, fuertemente, al concepto de información y, éste a una distribución no aleatoria de la energía en un canal de comunicación.[71]Al respecto, es común considerar la comunicación como la codificación de un acontecimiento cualesquiera por parte de un emisor y el subsecuente envío de la información codificada por un canal de comunicación. La información es entonces recibida por un receptor, el cual la decodifica para su aprovechamiento. Emisor y receptor deben compartir el código, entendiéndose por éste un conjunto de símbolos a los que se le da un significado arbitrario para transmitir mensajes. Implica una convención de reglas que comparten emisor y receptor.
Esta concepción permite obtener una medida operativa de la información mediante la improbabilidad de un mensaje. Claude Shannon (1916 2001) mide la cantidad de informaciónH, con una medida denominada entropía de Shannon igual a:

Para Donald MacCrimmon MacKay (1922 1987), la información está vinculada un incremento de conocimiento por parte del receptor: “Supongamos que comenzamos a preguntarnos nosotros mismos que entendemos por información. Hablando aproximadamente, decimos que hemos ganado información cuando sabemos algo que no sabíamos antes; cuando “lo que sabemos” ha cambiado”.[72] Para el mismo autor, el significado es la operación selectiva que una señal define sobre el conjunto de posibles estados de disposición (readiness), es decir, sobre la matriz de posibilidades de transición del  receptor. Obviamente, el significado de un mensaje no es idéntico al comportamiento que produce en el receptor, pero se puede identificar por esa conducta. MacKay definió la información como “una distinción que hace una diferencia”. Fue seguido por Gregory Bateson (1904 1980), cuyo eslogan es bien conocido, aunque menos exacto: “de hecho, lo que queremos decir por información – la unidad elemental de información – es una diferencia que hace una diferencia.[73]
Suele pensarse que la tecnología digital nace en 1943 con los primeros computadores[74]. No obstante, creo que debemos remitirnos a 1884, cuando Sir John Ambrose Fleming (1849 1945) inventa un dispositivo – el diodo –  que permite el paso de la corriente eléctrica en un solo sentido, o a 1906, cuando Lee de Forest (1873 1961) introduce una grilla entre el filamento y la placa de un diodo, obteniendo el tríodo, que funciona como amplificador o como dispositivo binario.
No voy a extenderme demasiado en la historia de la tecnología digital, y menos aún en su compleja interacción con la cultura que la prolija. Para ubicarla en contexto, sólo me referiré mínimamente a la informática. El término, formado por “información” y “automática”, acuñado en 1962 por el ingeniero francés Philippe Dreyfus, fue ganando aceptación universal, incluyendo al mundo anglosajón, que a) dominaba la industria y b) poseía expresiones como “Electronic Data Processing” o su sigla “EDP”, traducido terriblemente al español como “Procesamiento Electrónico de Datos”. Este procesamiento es colección, proceso y distribución automatizados de hechos y números.[75]
Laudon et al. Clasifican sus funciones como percepción (sensing), comunicación, análisis, exhibición (display) y control.[76] Yo agregaría almacenamiento y recuperación de datos. Estiman que en sus primeras etapas satisfizo mayormente requerimientos burocráticos,[77]disminuyendo costo de las operaciones.[78]Anuncian luego advenimiento de la era de la información señalando el empleo de redes, micro-chips y operaciones en tiempo real.[79]
Si consideramos a la informática equivalente a EDP, podemos pensar que sus funciones básicas son:
1.      Origen. Vinculada a los documentos o eventos originales.
2.      Entrada.
3.      Manipulación.
3.1.   Clasificación, ordenamiento o agrupamiento.
3.2.   Cálculo.
3.3.   Registro (intermedio).
3.4.   Sumarización.
4.      Salida.
5.      Almacenamiento.[80]
En la informática clásica no se hacía énfasis en las comunicaciones; no es que no hubiera tal cosa, sólo que se daba por hecho.
Para la UNESCO, “informática abarca el diseño, la construcción, la evaluación, el uso y mantenimiento de sistemas de procesamiento de información, incluyendo hardware, software y aspectos organizacionales y humanos, así como el complejo de su impacto industrial, comercial, administrativo, social y político”.[81]
La historia de Internet es bien conocida, e incluso puede hallarse en innumerable sitios de la Web y en enciclopedias impresas o electrónicas. Quiero detenerme en una fecha: el 9 de agosto de 1995, cuando Netscape se hizo público, proporcionando un explorador o browser para obtener datos e imágenes almacenadas en sitios Web. Según Thomas L. Friedman, del New York Times, la oferta de sus acciones, disparó una sobreinversión masiva de miles de millones de dólares en cables de telecomunicaciones de fibra óptica, que crearon una red subterránea y submarina que llevó los costos de trasmitir voz, datos e imágenes a prácticamente cero.[82]
Muchos autores han destacado la tremenda importancia de la tecnología digital por sus posibilidades de manejar símbolos, lo que estaba reservado anteriormente casi con exclusividad a operadores humanos.


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Street Art, Peter Gibson


La cultura digital

Es apropiado para el propósito de este trabajo, hablar de cultura digital.
Nicholas Negroponte (n. 1943), del MIT, me allana el camino cuando declara la existencia de una generación digital (digital generation).Este autor considera que se trata de una época post-informacional que está más allá de lo demográfico de la era de la información, a su vez, postindustrial. En sus palabras:
En la edad de la información, los medios de comunicación de masa se hicieron más grandes y más pequeños al mismo tiempo. Las nuevas formas de transmisión como CNN y USA Today, alcanzaron públicos más grandes y la transmisión se hizo ancha (broadcast). Las revistas del nicho, las ventas videocasetes y los servicios de cable fueron ejemplos de transmisión angosta (narrowcasting), abasteciendo grupos demográficos pequeños. Los medios de comunicación de masa se hicieron más grandes y más pequeños al mismo tiempo. 
En la edad de la post-información, tenemos a menudo un público el tamaño de uno. Todo se hace a pedido y la información es sumamente personalizada. Se sostiene la suposición que esa individualización es la extrapolación de narrowcasting – se va de un grupo grande a uno más pequeño y finalmente al individuo. Mientras tanto usted tiene mi dirección, mi estado civil, mi edad, mi ingreso, mi marca del automóvil, mis compras, mis hábitos de bebida y mis impuestos, usted me tiene – una unidad demográfica de uno. 
Esta línea de razonamiento equivoca completamente la diferencia fundamental entre narrowcasting y ser digital. Siendo digital, yo soy yo, no un subconjunto estadístico. Yo incluyo la información y eventos que no tienen ningún significado demográfico o estadístico. Donde mi suegra vive, con quien yo tenía que cenar anoche y a qué hora sale mi vuelo para Richmond esta tarde, no hay absolutamente ninguna correlación o base estadística de las que se puedan derivar servicios angostos (narrowcast) convenientes.[83]
Pero aún sin el influyente apoyo de Negroponte, es bastante evidente que algunas propiedades de la tecnología digital, en su aplicación y sus efectos, trascienden lo meramente técnico o la materialidad de los productos o servicios que proporciona.[84]
Fred Turner ha percibido que el mundo tecnológico digital
disimula activamente las infraestructuras materiales y técnicas de las que dependen tanto la Internet como las vidas de la generación digital. Detrás de la fantasía del flujo sin obstáculos de la información yace la realidad de millones de teclados plásticos, obleas de silicio, monitores con cara de vidrio y millas interminables de cable. Todas estas tecnologías dependen de obreros manuales, primero para construirlas y luego para destruirlas. Este trabajo resulta ser extremadamente peligroso, primero para los que se ocupan de químicos tóxicos requeridos en la manufactura y después para los que se mantienen en la tierra, beben el agua y respiran el aire en que esos químicos eventualmente gotean. Estas tareas continúan siendo la provincia de quienes carecen de recursos sociales y financieros [...] En la década de 1990, todo este trabajo fue invisible para los que promovieron la Internet y el modo de producción de la red como evidencia de una nueva etapa en la evolución humana. Como los comuneros de los años sesenta, los tecno-utopistas de los años noventa negaron su dependencia de cualquiera salvo de ellos mismos. Al mismo tiempo, desarrollaron una manera de pensar y hablar desde adentro sobre tecnologías digitales de las cuales era casi imposible desafiar su propia condición de élites.[85]
También se ha considerado que una cantidad desproporcionada de talento y esfuerzo de los diseñadores se derrocha trivialidades.[86] No puede esperarse menos, conjeturo: para ser eficaz, una cultura que quiere llegar a la masa debe mimetizarse en masa.
El político reconoce que esa tecnología puede usarse en su favor[87] para diseminar su populismo (Ernesto Laclau observa que toda política lo posee en mayor o menor grado), o, si se encuentra ya en el poder, contrarrestar cualquier información desfavorable, verdadera o falsa, inundando la audiencia con datos que obscurecen los mensajes de los que lo observan o critican. Vale decir que la tecnología digital también se emplea en propaganda.
Hoy en día, el grueso de la comunicación es digital. En un plano teórico, Luhmann, se niega, sin embargo, a tratar la comunicación en términos de transmisión, lo cual surge de su soporte tecnológico. La percibe, en cambio, como una operación que tiene la capacidad de eslabonar operaciones anteriores con subsecuentes. En otras palabras, cada comunicación se identifica a sí misma por referencia a comunicaciones pasadas y por la apertura de un espacio limitado de comunicaciones subsecuentes[88]. Dentro de ese esquema, la comunicación es un sistema clausurado y autopoiético que se reproduce a sí mismo. Lo que no se puede comunicar no puede influir en el sistema. Sólo la comunicación puede influenciar a la comunicación[89].
El acto de entender es la condición para que la comunicación pueda proseguir. Presupone la posibilidad de entender o no entender[90], pero el hacerlo posibilita que se puedan observar otros factores como una diferencia; si desde la posición de este acto no se produce diferencia entre información y acto de comunicación, ésta no existe[91].La condición mínima, además, para que fluya la comunicación, es que el receptor no esté totalmente determinado por su propio pasado[92], vale decir, poder cambiar su estado presente de acuerdo a la información que recibe.
Me pregunto – no tengo aún respuesta – si esta caracterización puede sostenerse en el estado de cosas tecnológico-comunicacional contemporáneo.
En efecto, mi tesis es que aparte de haber invadido, metafóricamente hablando, y aunque lo mantenga, nuestro nicho simbólico, la tecnología digital intersecta los circuitos comunicativos interpersonales. Las personas que necesitan comunicarse pueden hacerlo directamente, compartiendo, de ese modo, un circuito comunicativo interpersonal.
Pero la comunicación puede ser mediatizada por artefactos digitales, pero no sólo eso: la comunicación puede terminar en un artefacto digital con el que se interactúa. Y, éste, a su vez, lo hace comunicacionalmente con otros artefactos digitales.
Estos artefactos están en capacidad de comunicarse con las personas, directamente o por intermedio de otros artefactos. Se forma así una red de prácticas discursivas directas o mediatizadas por tecnología digital. “Las interacciones sociales son crecientemente mediatizadas, directa e indirectamente, mediante tecnología de sistemas computador/comunicación. Implica la restructuración del espacio social, lo que produce, como consecuencia, una profunda operación de poder”[93].
Jean Baudrillard (1929 2007) percibe que los inventarios de información han dejado de ser manejables[94], instalándose una “potencialidad monstruosa de la que no hay representación posible”[95]. “Las cosas han escapado a la dialéctica del sentido” a través de una proliferación vertiginosa[96] de datos que conduce a una hiperrealidad. Lo real ya no se borra en favor de lo imaginario; se borra en favor de lo más real, lo hiperreal[97]. El papel de los media en este proceso es relevante, tanto que sin ellos, dice Baudrillard, no habría terrorismo. “Lo hemos  transgredido todo, incluso los límites de la escena y de la verdad”[98]: “ya no existen universos referenciales”[99]. Estamos en la época del uso del cyberespacio y de la realidad virtual que provoca una sensación de realidad, no una vivencia de ella.
Bernard-Henri Lévy expresó que el espacio de las telecomunicaciones nos obliga a una nueva percepción del tiempo y del espacio y a un nuevo tipo de relación interhumana. Para comprender este espacio, el filósofo invitaba a los metafísicos a investigar desesperadamente.[100] Creo que la invitación todavía está vigente: quizá más que nunca.
Más radical, muchos años después de su artículo, pienso que más que un nuevo tipo de relación, lo que enfrentamos es la necesidad de una nueva determinación del hombre.


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Street Art, Peter Gibson


Contracultura digital

Entiendo por contracultura digital, aquella contracultura mediada por tecnología digital, con privilegio de la que no podría lograrse por medios de otra naturaleza.
No hay un mayo francés de la cultura digital. De haberse producido o estarse produciendo, los propios medios lo hubiesen puesto en evidencia.
Pero sí creo que hay contracultura digital en modos de vida vinculados al uso de la tecnología que tienen analogía con movimientos contraculturales del pasado. Si Paulina Borsook tiene razón, y tales movimientos tienen vigencia – piensa que la revolución contracultural de la década de 1960 es permanente (ideas abiertas sobre sexualidad y género, identidad política más fuerte y mayor confort con el uso de un rango más amplio de substancias psicoactivas), igual la revolución de Reagan de la década de 1980 (desregulación, repudio al gobierno)[101], la percepción de una analogía cobra mayor fuerza.
Fred Turner no parece estar de acuerdo. Cree que los analistas de lo que llama la utopía digital, tienden a simplificar sus orígenes, rastreando ethos comunitarios de la Internet temprana retornando a “lo que imagina  que fue un movimiento social único, auténticamente revolucionario que fue aplastado o ganado por las fuerzas de capitalismo”[102].
Fusionando la Nueva Izquierda y la contracultura en un solo bloque histórico llamado “los sesenta” – continúa Turner–, se proponen teorías sobre los medios digitales de comunicación que re-imaginan un renacimiento en hardware y software de una cultura única, ‘libre’ que una vez estuvo de pie fuera de la corriente principal y que puede hacer eso de nuevo.”[103]. Se enfatiza el poder de la computación para sostener la libertad personal, la colaboración lateral, el conocimiento-compartido y la autoridad dispersa.
Desde la década de 1960, las narraciones académicas y populares han descrito igualmente la contracultura en los términos primero expresados por sus miembros como una cultura antitética a las tecnologías y estructuras sociales que impulsan el estado de guerra fría y sus industrias de la defensa. En esta visión, los años cuarenta se ven a menudo como un tiempo gris formado por normas sociales rígidas, instituciones jerárquicas, y demandas constantes producto de la confrontación con la Unión Soviética. Los años sesenta parecen explotar en la escena en un remolino del Tecnicolor de exploración personal y protesta política, mucho de ello apuntando a derrumbar la guerra fría y la burocracia militar-industrial. Aquéllos que aceptan esta versión de los eventos, enfrentados hoy a la persistencia del complejo militar-industrial y al crecimiento continuo del capitalismo corporativo y la cultura de consumo, argumentan que los ideales auténticamente revolucionarios de la generación de 1968 fueron ganados de algún modo por las fuerzas a las que se opusieron,[104] en mis palabras, por la cultura.
Turner hace notar que “la retórica libertaria de auto-confianza” puede conducir también a la negación profunda de los costos morales y materiales del cambio a largo plazo hacia los modos de producción de la red y la computación ubicua”.[105]
A pesar de estas valiosísimas objeciones, insisto en que la contracultura digital forma comunidades simbólicas, algunas de las cuales pueden remontar su origen a movimientos contraculturales del pasado. Richard Barbrook, por ejemplo, acuñó el nombre “ideología californiana” para describir “la rara fusión de la bohemia cultural de San Francisco con las industrias del alta tecnología del Silicon Valley”, la cual “combina promiscuamente el espíritu de rueda libre de los hippies y el sello empresarial de los yuppies”.[106]
Nótese que hablo de comunidades y no de sociedades. Hay una idea subyacente de apilamiento en las primeras, que contrasta con los vínculos más fuertes, más profundos, más estructurados  en las segundas. Nunca oí – no digo que no se haya dicho – referencias a una sociedad hippie, por ejemplo, pero sí a comunidades hippies. Mezcla en un caso versus combinación en el otro, para usar una metáfora de la química.
En ese aspecto, la tecnología digital opera en doble sentido: primero, como medio eficaz y casi instantáneo de difusión de información, persuasión y entretenimiento respecto a eventos o procesos contraculturales, “construyendo y circulando un conjunto de etiquetas estereotipadas colectivas para reciclar la contracultura a un público de masa”. Podría argumentarse, – completan Desmond et al. –que los medios de comunicación crearon una base de recursos o caja de herramientas para la diseminación de contracultura, al mismo tiempo que exorcizaban sus demonios”.[107]
Borsook sostiene que la alta tecnología, como cualquier artefacto humano, no es culturalmente inodora, insípida e incolora, pues contiene actitudes, mentalidad y filosofía. Para sus fanáticos (geeks), ella debe ser libertaria: el que gobierna mejor, gobierna menos (govern-best-governs-least).[108]Esto conlleva al tema del egoísmo, tratado en extenso por la autora.
Para mí, la primera contracultura digital fue la del personal computer, el PC.
En1971, Steve Wozniak, de veintiún años, y Bill Fernández construyen el computador “Cream Soda”. Inicialmente no se trataba de un golpe contra la computación corporativa sino de un irreverente intento de disfrutar, libremente, de una tecnología que estaba al alcance del ciudadano común. Es en 1975 cuando Micro Instrumentation Telemetry System (MITS) anuncia el computador Altair[109] en Popular Eectronics. Vemos aquí la interacción de elementos contraculturales por la cultura reinante y la semántica implicada. En ese mismo años, William Henry Stacey “Bill” Gates III (1955 -) y Paul Allen fundan Microsoft y hacen su primera venta de software: el BASIC para la Altair[110].
En 1976, Steve Wozniak y Stephen Jobs fundan Apple Computers,y en 1981, IBM santifica la computación personal al introducir su PC y ponerlo al servicio de la cultura corporativa. Antes de este período era inconcebible en cualquier pronóstico de la cultura del mainframe, que controlaba rigurosamente el flujo y contenido de los datos corporativos, la libertad que ofrecía la computación personal.
La segunda contracultura aparece en Internet, ya que ésta, a mi juicio, no es en sí contracultural. Quizá lo contrario se aplique. Pero sí lo son, por ejemplo, cibernautas con estilos de vida que recuerdan a los hippies, en el sentido de formar sus propias comunidades (en este caso, simbólicas) y desentenderse de aspectos concretos de la sociedad, incluyendo entre éstos reglas de comportamiento.
El tercer movimiento contracultural que identifico es la telefonía celular, con sus derivaciones y maridajes. La telefonía móvil, como también se le llama, fue demostrada por primera vez en 1973 con el empleo de un aparato de dos kilogramos de peso. Disponible comercialmente en 1983, sus suscripciones totales en el mundo están en el orden de los 4.600 millones (un crecimiento interanual de 128%).93% de los norteamericano usa telefonía celular u otros dispositivos remotos; un tercio de ellos son smartphones que permiten explorar la Web el correo electrónico, entre otras cosas. La cantidad de mensajes de texto y multimedia del año 2010 alcanza valores billonarios. La telefonía móvil, parece estar disponible para más del 90% de la población mundial.[111]
Apoyándose en Scott Campbell, Sharon Jayson denuncia la pérdida progresiva de la comunicación tradicional cara a cara. Richard Harper presupone que “vamos a un período de ajuste y re-equilibrio”.Sherry Turkle, reclama para los humanos la conexión (yo diría “reconexión”) con la gente ya que ésta “no va a suceder naturalmente”. “Hemos llegado a confundir conectividad continua con hacer conexiones reales”.[112] Mientras nos reajustamos, creo que remamos contra la corriente cultural: hacemos contracultura.
Creo que la contracultura digital debe definirse un poco mejor dentro de esa conjunción de categorías, la de acciones o pasividades y la tecnología digital de por medio. Creo que debe determinarse con apego a una teoría más clara (que en estos momentos no poseo) si acciones muy concretas contra un gobierno (los casos de, por ejemplo, China, Irán, Egipto, Libia) son contraculturales o van contra un régimen de gobierno o un estado de cosas económico, político o social, determinado dentro de la propia cultura. ¿Es, en ese orden de cosas, contracultural una revolución anticolonial? Martín Lutero (1483 1546) o Simón Bolívar (1783 1830) fueron contraculturales o sólo se opusieron abierta y decididamente contra una situación determinada, en una cultura determinada, bajo circunstancias muy precisas. ¿Los cambios introducidos en sus respectivos ámbitos culturales (políticos o religiosos), por su magnitud, cuentan como contracultura?
¿Es contracultural el uso de la telefonía móvil e Internet para apoyar esos movimientos o asegurarse de que el mundo exterior conozca de los actos propios de las insurgencias y las respuestas gubernamentales a las mismas o sólo están utilizando la tecnología de información y comunicación disponible para un propósito determinado?
Esta determinación es más complejo aún hoy en día por la manipulación de los medios de comunicación en la guerra psicológica sofisticada que impone una filosofía bélica con mecanismos y recursos apropiados que se denomina guerra de cuarta generación (4GW), la cual reemplaza el frente tradicional de las contiendas clásicas por  un frente interior dentro de la propia población civil del enemigo. Las distinciones entre guerra y paz o entre militar y civil llegan a ser tan borrosas hasta hacerse indistinguible. La guerra es no-lineal, sin campo de batalla o frentes definidos (el campo de batalla incluye a toda la sociedad del enemigo).La meta es colapsar al enemigo internamente en lugar de destruirlo físicamente. Se reemplazan términos como frente y retaguardia por targeted o untargeted. No son nuevos, tampoco, los objetivos militares de “dominación de la información”, sólo que ahora es más simple lograrlos por la tecnología disponible y dilución de fronteras de la globalización. Las noticias de la televisión pueden ser un arma operacional más poderosa que divisiones blindadas. Una de las mayores fuerzas con que cuenta  la cuarta generación es la libertad con la que sus combatientes pueden moverse en sociedades libres. En este caso cabe preguntarse ¿qué mayor libertad, en el mundo libre, que la de los medios digitales?[113] Algunas de estas operaciones pueden parecer
 contraculturales. ¿Lo son? Por el origen, parecería que no. ¿Pero qué sucede si un sector poblacional significativo reacciona  con espontaneidad contraculturalmente a un estímulo militar producido para desestabilizar?
Cuidado debe tenerse, pienso, en ver como contracultura el uso inadecuado de los artefactos de la tecnología digital. ¿Es contracultura, por ejemplo, enviar fotos incitantes a la pareja en lugar de las cartas apasionadas de nuestros mayores? ¿Pero cómo calificar la acción si los fabricantes que incluyeron la cámara en los teléfonos móviles tuvieron en cuenta ese posible uso, el cual, por supuesto, no puede ser publicitado? Algo similar ocurrió hace algunos años con la cámara Polaroid que auto-revelaba las fotografías.
Aunque igual debiera ser verificado y contrastado, es casi seguro que cierta estultificación en el uso de los artefactos digitales es contracultural (no en el sentido de acción o pasividad contra la cultura digital, sino contra la cultura en general mediada por tecnología digital).Cierta indolencia respecto al uso de los dispositivos y la creación de información chatarra o maliciosa, en la medida que, en una dimensión más general, es contracultural arrojar botellas a la calle o latas a la acera. La recuperación, a veces ávida de esa información, redondea el ciclo contracultural. También desparpajo y superficialidad. ¿Por qué no el desorden?
A veces pienso que contracultura podría ser no usar más cajeros automáticos o negarse a seguir instrucciones (“si es en español, presione uno; si es en inglés, presione dos”) de contestadoras automáticas o encuestas telefónicas sin operador humano, o responder masivamente a los e-mails automáticos del tipo “don’t reply”, para que los remitentes provean a los destinatarios mecanismos de atención personal.
Habría que establecer si la ruptura o la ignorancia, cualquiera de ellas consciente o inconsciente, de elementos ordenadores relativamente fijos de la cultura (no acepto tabúes sexuales, quiero drogarme, no trabajar, jugar con mi play station y más nada, protestar contra la guerra o el aborto o la prohibición de abortar, etc.), a los que solemos llamar “valores”, que la acción dirigida a propósitos concretos (hacer una huelga o una protesta, desarrollar piquetes – algunos ordenados por los gobiernos o pagados por ellos), están ambos comprendidos como contracultura.

Pedestrian Street Art by Peter Gibson
Street Art, Peter Gibson

Conclusión
Respondiendo a los interrogantes del inicio del trabajo, creo poder identificar una contracultura digital cuyos rasgos permiten asociarla con ciertos movimientos considerados contraculturales de la segunda mitad del siglo pasado.
En ese sentido, percibo comunidades simbólicas que por el uso y abuso de la tecnología y por la indiferencia ante valores culturales (cuando no su transgresión), entran en la categoría de contracultura digital.
Sin embargo, estoy consciente que es necesaria una mayor investigación, para la cual se impone la construcción de un mayor aparato teórico.
Por la misma razón, no hago referencia a las cuestiones morales (cuando no antropológicas) que suscita esta contracultura. Por consiguiente, tampoco arriesgo estrategias o líneas generales de orientación para ampliar o reducir sus efectos.
Si no estoy inconscientemente en la contracultura digital –de veras creo que no – evalué todo el material estudiado con ojos culturales. Una visión desde la propia contracultura hubiese sido importante, pero carezco de ella.




 Notas:


1.         Vladimir Ivanovich Vernadsky (1863 1945) y Pierre Teilhard de Chardin, 1881 1955.
2.         Thom (1987) 261.
3.         LMonod (1971) 58.
4.         Hofstadter (1979) 540.
5.         LMonod (1971)  163.
6.         Hofstadter (1079) 26.
7.         Waddington (1976).
8.         Popper (1977) 13.
9.         Thom (1987).
10.       Bursell (1974).
11.       Wartofsky (1973).
12.       Lara (1987).
13.       Sagan (2003).
14.       Maning (1972).
15.       Freedman (1972), Bylinsky (1986).
16.       Montgomery (1989).
17.       Horridge (1977).
18.       Arbib (1976), Cowan (1979), Lara (1987).
19.       Arbib (1976).
20.       Leneberg (1985), Lara (1987).
21.       Bakker (1986).
22.       Leneberg (1985).
23.       Niesturj (1972).
24.       Bertalanffy (1976).
25.       Thom (1987).
26.       En los primates, esto es evidente desde el Mioceno, hace alrededor de veinte millones de años (20 mya, million years ago). Cf. Jerison (2007).
27.       Jerison (1988).
28.       Niesturj (1972), Manning (1972)  274.
29.       Olivier (1968). Originalmente, el índice de 1977, era E = 0.1*m*P2/3 + A, donde m es una constante de proporcionalidad; P es el peso del cuerpo del animal; E, el índice de encefalización; y A la cantidad de tejido cerebral. Jerizon considera la neocorticalización aparte de la encefalización. Cf. Jerison (2001).
30.       Bronowski (1979).
31.       Dodd (1988), Harrelson (1988), Smith (1988), Brown (1988), Lisberger (1988), Aoki (1988).
32.       Thom (1987)  220.
33.       Ardrey (1976) 114.
34.       Gregory (1981) 39. Cita a Kenneth Oakley (1961), pp. 1-2 [Man the tool maker, London]: The evolution of new bodily equipment in response to a change of environment required millions of years, but relaying on extra-bodily equipment of his own making, which could be quickly discarded or changed as circumstances dictated, man became the most adaptable of all creatures.
35.       That complex whole which includes knowledge, belief, art, law, morals, custom and any other capabilities and habits acquired by man as member of society).
36.       Beals 3.
37.       Dilthey (1944) XV.
38.       Meaning is socially, historically, and rhetorically constructed.
39.       Royce 205-206.
40.       O’Reilly 160.
41.       Los primeros borradores de esta sección se nutrieron  del dossier de Jane Banham et. al.
42.       The rebellion against certain essential elements of industrial society: the priesthood of technical expertise, the world view of mainstream science and the social dominance of the corporate community – the military-industrial complex, as Dwight Eisenhower called it.
43.       Holmes 20.
44.       Desmond (2000) 245. Cita Batzell, E. D. (1994) “Counter-culture” en William Outhwaite y Tom Bottomore (editors). Blackwell Dictionary of Twentieth-Century Social ThoughtOxford: Blackwell, 116-119, p. 116.
45.       Desmond (2000) 245. Cita a Leech, K. (1973). Youthquake: the growth of a counterculture through two decadesLondon: Sheldon Press.
46.       Desmond (2000) 245. Cita a Dessaur, I. C. et al(1974). Science between Culture and Counter CultureNijmegen: Dekker & van de Vegt.
47.       Desmond (2000)  246. Cita a Langman L. (1971-2). “Dionysus-Child of Tomorrow: Notes on Post-industrial Youth” en Youth and Society, 3(1), p. 82)
48.       Vide Desmond (2000) 268.
49.       Recordar, como ejemplo, que hasta 1974, la American Psychological Association consideraba la homosexualidad como un desorden mental.
50.       Incorporaba a iconos juveniles de su tiempo como James Dean (1931 1955), Nathalie Wood (1938 1981) y Sal Mineo (1939 1976).
51.       Boisnier 10 y 9. “Ortogonal”, para Alicia Boisnier y Jennifer Chatman Yo me hubiese inclinado por “ortodoxa”: no percibo la importancia de un ángulo recto en el contexto.
52.       Una muestra de ambas temáticas puede apreciarse en un artículo aparecido en su edición de noviembre de 1967, “Sex, Ecstasy and the Psychedelic Drugs”, firmado por el popular sexólogo Robert E. L. Masters (1927 -), donde se propiciaba el uso de LSD, Lysergic Acid Diethylamide, dietilamida del ácido lisérgico, en las relaciones sexuales.
53.       En la América latina, las canciones de la nueva trova cubana se cantaban durante las dictaduras de turno, junto con folclore de protesta.
54.       Establishment.
55.       Holmes 22.
56.       Layne 1. La autora cita a Meyer Fortes, “Social and Psychological aspects of education in Taleland,” Africa, Supplement to vol. 11, no. 4 (1938), reprinted in John Middleton, ed., From Child to Adult: Studies in the Anthropology of Education (Austin and London: University of Texas Press, 1970), 15.
57.       Holmes 23.
58.       Holmes 24.
59.       Desmond (2000) 244.
60.       Desmond (2000) 268.
61.       Aristóteles. Ética Nicomaquea 1140a 12 y 23 y Metafísica Z, IV, passim.
62.       Mesthene (1970)25.
63.       Bergson (1907) 88. Si nous pouvions nous dépouiller de tout orgueil, si, pour définir notre espèce, nous nous en tenions strictement à ce que l’histoire et la préhistoire nous présentent comme la caractéristique constante de l’homme et de l’intelligence, nous ne dirions peut-être pas Homo sapiens, mais Homo faber. En définitive, l’intelligence, envisagée dans ce qui en paraît être la démarche originelle, est la faculté de fabriquer des objets artificiels, en particulier des outils à faire des outils et, d’en varier indéfiniment la fabrication.
64.     Arendt (1993) 157.
65.     Arendt (1993) 160.
66.     Arendt (1993) 160.
67.       Agassi (2005).
68.       Pearson (1995).
69.       Pearson (1995).Genetic engineering is viewed as a tool to gain robust, long-lived, disease-free, super-athletic bodies.
70.       Bickerton (1990) 2. That evolution, over all-but-infinite time, could change one physical organ into another, a leg into a wing, a swim bladder into a lung, even a nerve net into a brain with billions of neurons, seems remarkable, indeed, but natural enough. That evolution, over a period of a few million years, should have turned physical matter into what has seemed to many, in the most literal sense of the term, to be some kind of metaphysical entity is altogether another matter.
71.       Verón (1968) 47.
72.       Mackay (1969) 10.
73.       Floridi (1995) 23; Floridi (2003) 41; Stanford (2011).
74.       Con el IBM Automatic Sequence Controlled Calculator (ASCC) o Harvard Mark I, Agosto 7 de 1944, construido a partir de una idea de Howard H. Aiken (1900 1973).
75.       Dock (1974) 13.
76.     Laudon (1996a) 5-6.
77.     Laudon (1996b) 67.
78.     Laudon (1996b) 98.
79.     Laudon (1996b) 120.The information age.
80.       Dock (1974) 4-6.
81.       Kleijnen (1980) XIII. Ver Main Working Document de la Conferencia IBI-Unesco, “Strategies and Policies for Informatics”, de 1978.
82.     Friedman (2005).
83.       Negroponte (1995) 163.In the information age, mass media got bigger and smaller at the same time. New forms of broadcast like CNN and USA. Today reached larger audiences and made broadcast broader. Niche magazines, videocassette sales, and cable services were examples of narrowcasting, catering to small demographic groups. Mass media got bigger and smaller at the same time. In the post-information age, we often have an audience the size of one. Everything is made to order, and information is extremely personalized. A widely held assumption is that individualization is the extrapolation of narrowcasting-you go from a large to a small to a smaller group, ultimately to the individual. By the time you have my address, my marital status, my age, my income, my car brand, my purchases, my drinking habits, and my taxes, you have me-a demographic unit of one. This line of reasoning completely misses the fundamental difference between narrowcasting and being digital. In being digital I am me, not a statistical subsetMe includes information and events that have no demographic or statistical meaning. Where my mother-in-law lives, whom I had dinner with last night, and what time my flight departs for Richmond this afternoon have absolutely no correlation or statistical basis from which to derive suitable narrowcast services.
84.     Cf. Laudon (1996a) 516, por ejemplo.
85.       Turner (2006)261.
86.       Desmond (2000) 273.
87.       Desmond (2000) 273.
88.       Luhmann (1997).
89.       Luhmann (1992) 222.
90.       Luhmann (1992) 223.
91.       Luhmann (1992) 225.
92.       Luhmann (1998) 144.
93.       Monnberg  264.
94.       Baudrillard (1984) 25.
95.       Baudrillard (1984) 28.
96.       Baudrillard (1984) 5.
97.       Baudrillard (1984) 9. Lo hiperreal tiene más datos que lo real. Por ejemplo, nueve cámaras televisando un partido de fútbol proporcionan una visión más informada que la directa del espectador en el estadio.
98.       Baudrillard (1984) 45.
99.       Baudrillard (1984) 92.
100.     Lévy (1988).
101.     Borsook (2000) 263.
102.     Turner (2006) 33.
103.     Turner (2006)33-34.
104.     Turner (2006) 1-9.
105.     Turner (2006) 259.
106.     Borsook (2000) 173.
107.     Desmond (2000) 273.
108.     Borsook (2000) 3.
109.     Freiberger 34. El nombre del computador era un destino de la tripulación de la serie de televisión Stark Trek.
110.     Freiberger 40.
111.     Jayson.
112.     Jayson 2A.
113.     Lind (1989).





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