Semblanza del profesor Ezra Heymann
Luz Marina Barreto[1]
Nacido en 1928 en
Cernauti, ciudad a orillas del Prut que queda ahora en la frontera entre
Rumania y Ucrania, proveniente de una familia judía-alemana, Ezra Heymann
emigró, en 1953, a América del Sur, huyendo del estalinismo y del
antisemitismo. Estudiante de filosofía en Bucarest después de la Segunda Guerra
Mundial, inicia en su nuevo país, Uruguay, su carrera como profesor de
filosofía en el Instituto Artigas como especialista en filosofía moderna y
contemporánea.
Poco tiempo después,
comienza su carrera académica en la Universidad de Montevideo. En 1974, luego
de un enfrentamiento verbal con las nuevas autoridades universitarias impuestas
por la Junta Militar golpista, en el que reivindica los derechos de los
estudiantes y profesores a un régimen académico democrático y en el que impere
la libertad de expresión y de cátedra, debe huir de nuevo, esta vez a
Venezuela. Tras un breve período como profesor en la Universidad Simón Bolívar,
la Escuela de Filosofía de la UCV le ofrece en 1977 una posición como profesor,
cargo en el que permanece hasta el año 2006, en el que solicita su jubilación.
Desde el inicio de su
carrera, el profesor Heymann ha sido un baluarte del Área de Filosofía de la
UCV (Pregrado y Postgrado) en los estudios de la filosofía alemana clásica y
contemporánea. No sólo es especialista en Kant y Hegel, sino que se ha
mantenido siempre actualizado en los desarrollos y en las grandes figuras de la
filosofía alemana contemporánea (Habermas, Gadamer –su Doktorvater-, Ernst
Tugendhat, Martin Heidegger, Edmund Husserl y Nikolai Hartmann), de forma que a
su cargo han estado las cátedras dedicadas a esta filosofía en nuestra
universidad, así como la formación continua de las nuevas generaciones de
profesores que las han venido ocupando. Gracias a su estímulo, muchos de
nosotros hemos decidido realizar nuestros postgrados en Alemania y hemos
dedicado nuestras carreras académicas a la continuidad de los estudios de la
filosofía alemana en Venezuela.
El mérito a la
actividad docente se establece en nuestra disciplina, sobre todo, por la
capacidad que tiene un profesor para enseñar a sus estudiantes a desarrollar su
juicio reflexivo y otras competencias cognitivas asociadas al análisis de los
distintos elementos que componen la argumentación racional. Es en este sentido
que el profesor Heymann ha prestado también un servicio invalorable a la
filosofía venezolana pues no se ha limitado a transmitir conocimientos
complejos o de alto nivel a sus discípulos; con su actividad docente en cursos
y seminarios y con su presencia continua, entrañable, en un escritorio colocado
en un pequeño jardín interior de la Escuela de Filosofía, el profesor Heymann
ha visto pasar generaciones de estudiantes, investigadores y profesores del
Área de Filosofía, en busca de un diálogo que ilumine un problema difícil, una idea
cuyas implicaciones no se alcanzan a ver con claridad, o tal vez un libro que
no se entiende muy bien.
El profesor Heymann
ha sido para todos nosotros un Maestro en el sentido completo del término.
Siempre ha estado disponible para todos sus estudiantes como interlocutor
atento, respetuoso, y formador incansable de nuestra reflexión y buen juicio.
Todos sus discípulos de la Escuela de Filosofía, recordamos con especial
deleite y gratitud la disponibilidad del profesor Heymann para atendernos,
incluso los fines de semana, a fin de reflexionar sobre algún problema
filosófico especialmente difícil. Dado su dominio de varios idiomas, en
particular, desde luego, el alemán, el profesor Heymann tradujo muchas veces
para nosotros, viva voz, un texto cuya traducción no existía todavía y que
resultaba esencial para la tesis de licenciatura, el trabajo de grado o la
tesis doctoral.
La generosa
disponibilidad del profesor Heymann como maestro de generaciones de
estudiantes, que han pasado por la Escuela de Filosofía, ha dado forma y
convicción a las incipientes vocaciones filosóficas de sus discípulos. De esta
manera, la presencia del profesor Heymann ha sido fundamental para definir la
vocación de aquellos que han dedicado sus vidas a esta disciplina y que han
permanecido ligados a ella; él se ha encargado de vincular el sentido de la
rigurosidad y del orden en las deliberaciones filosóficas que los ha marcado de
manera certera a lo largo de sus propias carreras académicas.
Como ya hemos
señalado, el profesor Heymann atiende desde su cubículo-jardín un interminable
desfile de estudiantes, tesistas y discípulos. Los profesores que fueron sus
alumnos continúan abordándolo allí con diferentes inquietudes y preguntas. Esta
generosa disponibilidad es lo que significa para muchos de nosotros la
excelencia ética en la docencia. Además, de él hemos aprendido a no dejar nunca
esperando a nuestros estudiantes, a cumplir cabalmente con nuestras
obligaciones como profesores, a no juzgar con demasiada severidad los errores
de los alumnos y las alumnas, a confiar en que un estudiante problemático, e
incluso mentalmente perturbado, pudiera reorientar su vida bajo la guía atenta
y comprensiva de un profesor.
En gran medida,
gracias a su espíritu como educador y a su inquebrantable talante moral, y a la
dignidad que él imprime a su trabajo, muchos de nosotros hemos elegido
perseguir una carrera académica como filósofos.
Como investigador, el
profesor Heymann goza de un bien ganado lugar como uno de los filósofos
venezolanos más prestigiosos dentro y fuera del país. Ha sido profesor invitado
en numerosas universidades de Venezuela y del exterior, ha sido invitado
incontables veces como conferencista en varios congresos, coloquios, seminarios
y eventos realizados en Venezuela y fuera de nuestras fronteras, y sirve como
asesor y jurado de tesistas venezolanos y extranjeros. Sus numerosas
publicaciones son muy apreciadas por sus estudiantes y colegas por su
rigurosidad científica y su claridad y verdadera disposición para iluminar los
problemas tratados. Su vasta cultura filosófica e impecable formación académica
(obtuvo su doctorado en la Universidad de Heidelberg bajo la guía de Hans Georg
Gadamer, una de las grandes figuras de la filosofía del s. XX) le permiten
moverse con comodidad y de manera muy provechosa para sus oyentes en las áreas
de la ética, la filosofía moderna, la lógica y filosofía de la ciencia, la
filosofía antigua y la ontología del siglo XX. Dada su competencia comprobada
en numerosos temas de la filosofía, el profesor Heymann es una presencia
obligada en casi todos los concursos y defensas de tesis de nuestra área.
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