sábado, 1 de abril de 2023


               Río Ron, selva y causes

o cómo sobrevivir a lo imprevisto

Eloy De los Reyes Cortés

 

 


 

Relato de la travesía en la finca Francisco/Zobeida en el Macho, Mérida (Venezuela)


Viernes 17 de febrero 2023


El día anterior en la finca, ya de noche Francisco se percata de que no estaba entrando agua por la cometida principal, salimos a revisar y si efectivamente estaba en lo cierto, nada de agua y fuimos a cambiar unas conexiones para tener agua de un poso dentro de la finca, llamada La Mina, poca afluencia, pero hay agua.


Conversamos de la posibilidad de ir a tener que subir río arriba para arreglar el tema del agua, solo que la idea era efímera porque llovía en ese momento y gran parte de la madrugada llovía suave sin parar.


El viernes ya no estaba lloviendo, pero si nublado, al final decidimos subir, ya eran las 10:30 de la mañana, algo tarde para la travesía, por cualquier eventualidad.


Empezamos la travesía, pasando por el potrero ya que por ahí viene la cometida, explico que: la ruta es guiada por el tubo de 9 pulgadas, color negro, instalaciones de hace 45 años, aproximadamente… Se pasa la cerca del potrero y se empieza en la selva tupida, todo muy húmedo, mojado, resbaladizo por las lluvias del día anterior. En la cual, el trayecto se tenía mucho tiempo sin transitar y uno se separa del tubo por tramos. La primera fase de la selva es como tres kilómetros hasta que llegas a una quebrada y se debe de descender y ascender un voladero, la tubería pasa por encima agarrada de una guaya, hasta ese punto es el tramo sencillo.


Ya subido el voladero se empieza por el segundo tramo de unos 500 / 600 metros de caminar por una fila siguiendo la tubería la cual es bastante técnica ya que hay voladeros de 50 metros de altura, la cual hay que estar muy pendiente al pisar, agarrarse de ramas, arboles, etc., hay que tener entrenamiento y un poco de técnica.
Ya terminado ese tramo, llegamos al río, decidimos quitarnos parte de la ropa y guardarla en el bolso que traía. "Bolso en donde siempre llevo mi cuchillo de supervivencia, linterna, algo de comer para recargar fuerzas, unas vendas, guantes, entre otras cosas... se empieza a subir bordeando el río y cruzando de un extremo a otro, pasando por tramos pequeños de trochas. Subiendo el río uno se moja hasta la cintura en ciertos tramos, si no, un poco más abajo que la rodilla, saltando una que otra roca... que con las botas de plástico grande es perfecto.
Luego de subir cuesta arriba unos 2 kilómetros de trayecto, paisajes hermosísimos... Llegamos donde se encuentra la punta de la tubería, no donde debería comenzar, ya que por las crecidas del río se había llevado unos 8 ó 10 metros de tubería, conexiones, la base donde estaba empotrada con unas mayas para que no entraran piedras palos hoyas por la tubería de agua, eso dejo de existir.

 A partir de aquí empieza otro tipo de aventura...
Decidimos que debíamos de arreglar la cometida y poner a que funcionara, algo complejo.
El arreglar la toma fue estar metido en el río un tiempo aproximado de unos 45min hasta el cuello, cual el agua viene del páramo, si, agua muy fría, hacia respiraciones profundas para calmar el cuerpo...  entre tener que mover troncos y ramas para conseguir desatar el tubo, cebar y fijarla. Cuando estamos en ese proceso empieza a lloviznar donde estábamos, y me fijo que empieza a subir el nivel del agua, muy rápidamente, le digo a Francisco - Nos tenemos que ir rápido que nos va agarrar la crecida, pero nos enfocamos en lo que hacíamos, terminamos y sin pensarlo mucho arrancamos río abajo.
Pues sí, nos agarró la crecida ya bajando, a unos 400 metros del recorrido. Todo paso del río que era a nivel de las canillas paso hacer a nivel de la cintura o pecho... Francisco, de 69 años recién cumplidos el miércoles 15, que mejor regalo para vivir, súper deportista, vale acotar y mi persona. Por haber estado reparando la tubería metidos en el agua, más la lluvia y las bajas temperaturas, en el trayecto de bajada empezamos a tener comienzo de hipotermia, por momentos no teníamos control del cuerpo, mucha tembladera, el cansancio físico empezó a hacer estragos.

En uno de tantos tramos de cruzar el río de un lado a otro y nadar para poder descender, me caigo de una piedra el río me arrastra unos 5-8 metros, eso creo porque seguía viendo a Francisco con cara de susto... Así como pude agarrado de unas piedras logro salir... En ese momento se me sacudió el espíritu, adrenalina a millón, el cerebro en silencio total, modo supervivencia.
Un tramo se volvió  una laguna y se tornó difícil fue porque la distancia era aproximado unos 150/200 metros que debimos nadar arduamente, pared de piedra por ambos lados. Exhaustos, en mi caso el bolso ya había pasado de ser un bolso a tener un saco de agua en la espalda, más las botas de plásticos que se vuelven dos yunques por él agua que se queda adentro, fue un tramo muy duro para nadar en esas condiciones, atrás de mi venía Francisco, llego a una parte de arena, parecía una mini playa, me quito el bolso, las botas y ya me había preparado para tener que sacar a Francisco, que ya él no podía con su cuerpo, si acaso lograba sacar la nariz del agua, me metí al agua hasta el cuello y él llegando lo terminé de jalar, a esa mini arena, descansamos unos 10min. máximo, ya que si parábamos, nos enfriamos y todo se tornaría a peor, comimos unas galletas proteicas que había hecho, eso  nos dio energía para seguir, Francisco agradecido de la galleta.
Bajando en dos tramos me tuve que anclar bien, aguantando la corriente del río en el cuerpo, para que Francisco pasara sujetándose de mí...
Seguimos el descenso y esta vez fue Francisco el que se resbala, yo voy adelante de él, siempre pendiente, se cae... estiro el brazo el también, nos agarramos, yo sujetándome de una piedra y él como bandera ondeando sobre río... Palabras textuales de Francisco. Otra pálida más... Al salir Francisco me dice, continúa tu... Mi pensamiento era, hay que llegar a casa los dos... esa era la única opción, lo ayudo a levantarse sin decirle nada y seguimos, 100 metros más adelante se terminó el trayecto del río, nos salvamos los dos entre asustados, full adrenalina y felices, nos toca el tramo pegado a la montaña con voladeros, súper resbaladizo por la lluvia, veía a Francisco con la mirada ida, entonces le avisaba de ciertas partes, aunque ya no sabía si me escuchaba o no, en un punto le pregunto… En qué piensas, solo me mira, le pregunto otra vez… y me dice: en qué coño voy a estar pensando, en nada… me río y sigo, era el asegurarme que estuviera activo, llegamos al tramo de la quebrada bajar y subir el voladero. Algo sencillo para todo lo transcurrido.


Ya pasado el voladero, esta una explanada, ahí nos sentamos saque todo del bolso, exprimimos todo y a ponernos la ropa a pesar de lo mojada ya que nos adentrábamos al bosque, mucho arbusto, helechos, ramas, etc etc... Comimos lo último que quedaba de reserva, estábamos ya con full raspones, cortaditas, ampollas, golpes; descansamos unos 5 min. Ahí regocijábamos de felicidad, alegría lo peor ya había pasado dijimos. Me percato que son las 6pm, en una hora llegamos a casa comentamos, le doy el brazo a Francisco se levanta... Empezamos la caminata todo excelente, siguiendo la tubería, cerramos una llave de desahogo que habíamos dejado abierta a propósito para que fluyera el agua. Continuamos hasta que llegamos a un tramo que es donde estaban los desvíos, porque la tubería estaba totalmente tapada por la maleza, etc. 7pm poca luz. Empezamos este tramo donde dejamos de seguir la tubería, consideramos que estábamos a 400metros de la finca  "empiezo a tararear para distraer la mente y seguir la caminata" y Francisco dice: creo que estamos perdidos, -le digo: estás seguro. Me comenta: estamos yendo vía al oeste porque es donde se ven los últimos rayitos del sol y deberías de estar caminando al este. Ya nuestros cuerpos agotadísimos, frío, mojados, decidimos regresar de donde vimos la última vez la tubería era volver a bajar por una quebradita y buscar el tubo que pasaba por ahí... Ya en ese momento saque la linterna, funcionaba luego de todo lo sucedido, genial... Francisco por un momento ya no sabía si subir o bajar ya agotado... Y le dije, "debemos tomar una decisión"... Seguimos bajando y si nos encontramos la tubería era lo ideal sino seguíamos por la quebradita, que nos llevaba al río y por ahí se llega a la casa. Buena noticia... Conseguimos el tubo por intuición de que sabíamos que la tubería cuando la dejamos de ver estaba a nuestra izquierda. 40 minutos en la búsqueda de la tubería... La conseguimos, entre todo lo que vivíamos, nos alegramos... Pues la tubería 2metros mas adelante tupida de todo tipo de vegetación, en ese punto fue que nos habíamos desviado, saco el cuchillo y empiezo hacer camino, guiándonos por el tubo, y eso fue como 200 metros de trayecto cortando ramas, maleza, etc.... perdíamos la guía del tubo, y a retroceder un poco para ver la trayectoria, usar el cuchillo clavándolo en la tierra para conseguir el tubo, ya todo oscuro, todo una osadía esos metros... Ya el cuerpo no daba más, Francisco me veía, lo veía y la mirada de cansancio era infernal, se despejo, el trayecto se vuelve suave... Ya en ese tramo, yo hacía cuatro pasos, le alumbraba el trayecto y le contaba los pasos 1-2-3-4 para que los hiciera... en un punto un árbol caído, hago mis paso, cruzo el troco, arrastrándome sobre él, ahora le toca a Francisco, hace sus cuatro pasos y le digo "Salta" me mira, como "tú eres guevón o te la das" y nos reímos mucho, seguimos caminando fijándonos del tubo yo le pegaba con el cuchillo para que sonara por si acaso podía seguir un tronco caído, uno nunca sabe... De repente me choco con la cerca del potrero... me volteo le digo a Francisco, “llegamos a la cerca”  fue el Gran momento esperado... Llegamos, gritamos de alegría, fue un éxtasis, saber que lo habíamos logrado, fue todo un renacer. Ya el tramo hasta la casa fue diversión, se veía la casa iluminada Francisco y yo conversando de que si estarían o no preocupados entre risas sarcásticas, llegamos... Hasta el frío desapareció, los dolores, el cansancio, llegamos a la casa y la puerta cerrada, era el colmo, tocamos la puerta,  nos abre Aurora… mi padre sale del cuarto y antes de hacer cualquier cosa nos toma una foto, se debía registrar el momento del arribo, la Catira nos sirve un trago de Ron para cada uno, Ely estaba nerviosa y todos alegres de vernos…

Lo que era una aventura por el río Ron se volvió la aventura de supervivencia, el poner en práctica todo lo aprendido en montaña, fue un reaprender, el hacer consciencia de lo vivido y agradecido de poder contarlo. 

 

Gracias.

 

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